El jefe de la delegación rusa en las conversaciones de Viena, Konstantin Gavrolov, declaró que “ha llegado la hora de la verdad para Occidente, la cuenta atrás para su respuesta a nuestras propuestas”. La semana pasada, Rusia presentó sus peticiones de seguridad frente a la OTAN, y Estados Unidos prometió una respuesta por escrito “la próxima semana”.
Pues la respuesta ha llegado y es la esperada: cero. Ayer Biden declaró que Estados Unidos no darán ninguna respuesta. Al mismo tiempo, los estadounidenses, los canadienses y los británicos están enviando equipo militar y personal a Ucrania. En los aeropuertos ucranianos, el desembalaje de equipos es constante. Para no dejar lugar a dudas sobre sus intenciones, Estados Unidos ha permitido que los países de la OTAN proporcionen equipo ofensivo a Ucrania.
Grupos ucranianos están siendo entrenados por instructores estadounidenses de la CIA para llevar a cabo ataques en las repúblicas de Donetsk y Lugansk. Al mismo tiempo, el MI6 británico prepara grupos ucranianos para llevar a cabo provocaciones en la propia Ucrania. Los operadores irán vestidos con uniformes rusos y llevarán a cabo ataques en Ucrania. Todo será filmado por cámaras de vigilancia bien situadas, para culpar a Rusia.
En Ucrania, el títere Zelensky pide a sus ciudadanos que “no entren en pánico” ante una “invasión rusa”, y para quedar bien, pide a Estados Unidos que no espere a la “invasión” para sancionar al Kremlin.
Por su parte, Biden puso su cara más marcial y prometió “sanciones terribles” que Rusia “no puede ni imaginar”. Se habla de la desconexión de Rusia del sistema de transferencias internacionales SWIFT, del bloqueo de las transacciones en dólares para los bancos rusos, de la paralización de las exportaciones a Rusia y de otros disparates.
Lo que los europeos y los estadounidenses no ven es que sus sanciones apenas han afectado a Rusia. En realidad les han obligado a desarrollar su propia producción para compensar los embargos impuestos por los países occidentales. ¿Ya no pueden cambiar dólares? Los estadounidenses se están disparando en el pie sin siquiera darse cuenta…
Lo que la OTAN y Biden no entienden es que si Rusia ha reforzado efectivamente sus posiciones en sus fronteras, se debe simplemente al envío de equipos de la OTAN a través de sus fronteras, a las múltiples amenazas de los países vecinos y de los estadounidenses, y a las acciones cada vez más agresivas de las tropas ucranianas contra las repúblicas de Donetsk y Lugansk, donde los bombardeos contra las aldeas son continuos desde hace varios meses.
Lo que los europeos y los estadounidenses no entienden es que, por un lado, Rusia no cede ni cederá ante las amenazas, incluso las militares, y, por otro lado, que Rusia no permitirá que se instale un ejército belicoso en sus fronteras.
¿Cuáles serán las respuestas de Rusia? Un ataque directo a Ucrania es totalmente improbable, a menos que las fuerzas ucranianas operen en Rusia.
Ayer, las repúblicas de Donetsk y Lugansk dijeron que estaban preparando una resolución para exigir el reconocimiento de su independencia. El Kremlin ha respondido que está a la espera de ver esta resolución, que debería formalizarse en los próximos días. El siguiente paso podría ser pedir su adscripción a la Federación Rusa como “repúblicas autónomas”. ¿Qué hará entonces Ucrania, que no sólo ha abandonado política y económicamente estos territorios, sino que los bombardea regularmente?
Varios países latinoamericanos y centroamericanos también han manifestado su disposición a albergar bases militares rusas. Se trataría de una respuesta simétrica: los estadounidenses se posicionan en las fronteras rusas, Rusia se posiciona en las fronteras (marítimas) estadounidenses.
En Minsk, la capital de Bielorrusia, se van a celebrar a principios de febrero unas maniobras militares conjuntas con Rusia y se están desplegando unidades rusas. El presidente Lukashenko hizo algunas referencias a la posibilidad de un despliegue permanente de sistemas de armas nucleares rusas en Bielorrusia.
Rusia no atacará primero a Ucrania ni a ningún otro país europeo. Pero, por un lado, responderá sin vacilar a cualquier ataque ucraniano o de la OTAN contra sus intereses y, por otro, desplegará los medios necesarios para garantizar su propia seguridad.
El Presidente iraní se encuentra actualmente en Moscú, y es muy posible que se firmen acuerdos militares secretos entre Irán y Rusia en caso de agresión de la OTAN.
Si las fuerzas de la OTAN y de Estados Unidos continúan con sus constantes provocaciones es muy posible que lo que comenzará como una guerra local se convierta en una guerra en toda Europa. Irán tiene una vieja cuenta pendiente con los estadounidenses desde hace 40 años, por lo que es posible que se produzca una alianza de conveniencia entre Irán y Rusia.
La doctrina militar rusa establece, entre otros puntos, que las armas nucleares pueden utilizarse para garantizar la seguridad de Rusia. En caso de guerra con Estados Unidos, Rusia puede y debe tomar represalias en territorio estadounidense. En otras palabras, si Biden piensa que está a salvo detrás de los océanos, está cometiendo un error muy grave. La especialidad estadounidense de iniciar conflictos lejanos desde la comodidad de sus hogares corre el riesgo de fracasar.
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