El jueves la Casa Blanca ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por cualquier información que llevara a la detención de Maduro “y su séquito” por crímenes contra la humanidad y tráfico de drogas.
La agencia Bloomberg asegura que “la lucha contra Venezuela es parte de una batalla geopolítica mucho más grande entre Donald Trump y Vladimir Putin”.
Pero esa batalla no la puede ganar una potencia, como Estados Unidos, que ahora mismo se ahoga en su propio vómito, el del coronavirus, así que Putin empieza a apretarles las clavijas.
El Kremlin lleva tiempo diciendo que van tomar medidas de represalia contra las sanciones impuestas por Washington, y ese momento es ahora.
Las represalias comenzaron cuando Rusia le dio la espalda a la OPEP y a los saudíes, hundió los precios del petróleo, declarando así la guerra al esquisto estadounidense, como ya hemos expuesto antes. Hoy el precio del petróleo está en mínimos nunca vistos: por debajo de los 20 dólares el barril.
Además, el sábado Rosneft vendió todos sus activos petroleros venezolanos a una entidad estatal rusa anónima. “El Gobierno de la Federación de Rusia adquirió los activos de Rosneft en Venezuela. Una empresa propiedad de la Federación Rusa se convirtió en la dueña”, dice la agencia Tass.
No se sabe el nombre de la empresa que ha comprado la parte de Rosneft en el petróleo de Venezuela, pero el caso es que Rusia ha blindado al gigante petrolero para protegerlo de las sanciones de Estados Unidos.
Una declaración de la empresa rusa afirma que la decisión es crucial para proteger los intereses de los accionistas en un momento en que el gobierno de Trump intensifica la presión sobre Maduro y las entidades extranjeras que siguen haciendo negocios con Caracas.
“Como parte del acuerdo alcanzado, todos los activos y operaciones comerciales de Rosneft en Venezuela y/o relacionados con Venezuela serán vendidos, terminados o liquidados”, anuncia Rosneft. ”Hemos tomado esta decisión en el interés de nuestros accionistas como una empresa internacional que cotiza en bolsa”, añade Rosneft.
El portavoz de Rosneft, Mijail Leontiev, subrayó que “esperaban que los reguladores de Estados Unidos cumplieran sus promesas públicas”.
A mediados de febrero, Estados Unidos impuso nuevas sanciones a Rosneft y al jefe de la empresa, Didier Casimiro, acusándolo de eludir las sanciones de Washington contra el gobierno de Maduro.
Ahora Rosneft traslada el peso del apoyo ruso a Venezuela al gobierno de Moscú. La guerra económica de Trump contra Venezuela tendrá que dirigirse, pues, directamente contra Putin.