La Batalla de Mossul abre el camino a la independencia del Kurdistán irakí

El dirigente kurdo Masud Barzani
Uno de los objetivos no confesados de la batalla para arrojar a las fuerzas del Califato Islámico de la ciudad irakí de Mossul es abrir al camino a la independencia del Kurdistán irakí. Se trata del proyecto estelar del Plan Yinon por el cual el imperialismo invadió Irak en 2003.

Así lo ha reconocido el Primer Ministro de la región autónoma de Kurdistán, Nechirvan Barzani, durante una entrevista al diario alemán Bild. “Hace tiempo que las cosas están maduras” para la independencia, “aunque por el momento nos concentramos en la Batalla de Mosssul”.

Las fuerzas peshmergas del gobierno autónomo de Kurdistán participan en la referida batalla junto a las del gobierno central, aunque las relaciones entre ambos son tan malas que sólo la intervención del imperialismo asegura una mínima coordinación militar.

Barzani asegura al diario alemán que en cuanto finalice la batalla, se reunirán con el gobierno central de Bagdad “para hablar de nuestra independencia”. Desde que en 2003 cayó Saddam Hussein, “llevamos esperando un Kurdistán democrático, pero ese Irak ha fracasado”, añade Barzani. Los kurdos no son árabes, sino una nación que la “comunidad internacional” debe tener en cuenta “de manera realista”.

En el Kurdistán irakí no hay ejército irakí ni policía irakí, dice Barzani. “En un momento determinado habrá un referéndum de autodeterminación sobre la independencia de Kurdistán. Dejemos que la gente decida entonces”, concluye el dirigente kurdo.

Esta semana el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, ha visitado al jefe del clan de los Barzani, Masoud, presidente del gobierno regional del Kurdistán. Entre los miembros de la delegación del Pentágono estaba Brett McGurk, el enviado especial presidencial para la coalición contra el Califato Islámico.

Durante el encuentro Barzani expresó su agradecimiento hacia el imperialismo por su intervención militar en Oriente Medio. El gobierno regional kurdo juega con todas las barajas, ya que también mantiene excelentes relaciones con el gobierno turco, según descubrieron los correos capturados y publicados por Wikileaks al AKP el pasado mes de julio, muy pocos días antes del golpe de Estado.

Uno de los correos muestra el compromiso del KDP de Barzani con las fuerzas especiales turcas para eliminar al PKK, una especie de guerra civil interna entre las distintas organizaciones kurdas. Dicho compromiso no era desinteresado porque otro correo menciona una ayuda financiera de 200 millones de dólares del AKP de Erdogan a “las áreas bajo control de los peshmergas”. Esta subvención era la respuesta a una petición de ayuda del gobierno kurdo al AKP para pagar a sus tropas, que llevaba varios meses sin cobrar sus salarios.

En agosto Erdogan y Barzani se reunieron en Ankara para discutir la estrategia común contra el PKK, según informó el portal kurdo Rudaw.

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