El Banco Central de Rusia lanzó el sistema SPFS en 2014. La decisión se tomó ante las amenazas de desconectar la red Swift tras la anexión de Crimea, que fue la respuesta rusa al Golpe de Estado en Ucrania, orquestado por Estados Unidos.
El sistema de pago internacional SPFS, el análogo ruso de Swift, ya está disponible en 20 países. Según el primer vicegobernador del banco central ruso, Vladimir Chistyujin, el análogo ruso de la red Swift cuenta actualmente con 557 participantes.
En total, 557 bancos y empresas han establecido conexiones con el sistema, incluidos 159 extranjeros. Aparte de estas cifras, hay poca información disponible. El banco central ruso no comunica volúmenes.
Todo lo contrario que su homólogo chino, el CIPS (Sistema de Pagos Internacionales de China), que no se frena. El sistema chino cuenta con 1.484 bancos participantes, incluidos 139 directamente, ubicados en 113 países y regiones de todo el mundo.
En 2023 CIPS gestionó transacciones por valor de 123 billones de yuanes, el equivalente a 17,2 billones de dólares.
La red Swift, por su parte, canaliza un volumen anual de transacciones de unos 150.000 millones de dólares. Más de 11.000 instituciones financieras en más de 200 países y regiones utilizan Swift.
Los participantes que interactúan directamente con el SFPS ruso pagan una comisión fija de 0,8 a 1,0 rublos (menos de 0,02 dólares) por cada intercambio.
La semana pasada Lavrov dijo que “el plan de Rusia es claro: erradicar cualquier dependencia de mecanismos financieros, bancarios y logísticos controlados o influenciados por nuestros colegas occidentales”.
En diciembre Putin se mostró satisfecho de que las transacciones internacionales en monedas nacionales estuvieran reemplazando cada vez más al dólar, llegando incluso a describir el sistema financiero occidental como “tecnológicamente obsoleto”.