Para el primer ministro Mario Draghi, un hombre de Lehman Brothers, el pasaporte de vacunas para entrar a bares, cines o edificios públicos no es suficiente. El segundo acto de esta siniestra historia ya está anunciado, junto al pase que se convertirá en imprescindible para subir a trenes, aviones y transbordadores de larga distancia.
Sin embargo, hay un tercer acto, que está volviendo locos a algunos juristas: hacer obligatoria la certificación para acceder a los colegios electorales. Una jugada que desde ayer por la tarde viene gritando alguien del Palazzo Chigi, definiéndola como «la bomba atómica de Draghi». Un breve anticipo ya lo ha ofrecido el secretario del Partido Demócrata, Enrico Letta, que quiere sólo candidatos vacunados en la lista. Y habiendo llegado hasta aquí, es obvio que del electorado pasivo al activo el camino es corto.
Pero eso de ir a votar sólo con el green pase «plantea serios riesgos de inconstitucionalidad», dice un catedrático universitario que trabaja en el tema, «porque el derecho al voto no puede ser limitado por nadie».
Y la lista de dudas, para el académico, es larga: “Hay una corriente de pensamiento que quiere sortear el problema dejando entrar sólo a los vacunados en los colegios, y por eso estaría en la mano poner plazas al aire libre, fuera de los edificios, para los no vacunados. Sin embargo, esto no garantizaría el secreto del voto, sería una carta de presentación: abriendo esas urnas se conocería exactamente las tendencias políticas de los no vacunados.»
«Pero también hay otro problema: hay muchas personas que tienen su residencia, por ejemplo, en Roma, pero viven en Milán, Palermo, Turín, en localidades que sin embargo están lejos del colegio electoral, y que aprovechan los descuentos para volver a votar en casa gracias al tren.
Estos deben asegurarse de que puedan abordar trenes de larga distancia incluso sin el pase. Por supuesto, si se quiere negar el voto a los no vacunados, el lío será aún mayor. Sería como decir que una parte de la población tiene prohibido votar por motivos de salud: esto crearía graves problemas de orden público».
Fuente: Il Tempo