Mohammed Saadi, de 13 años, fue secuestrado en su ciudad natal de Umm al-Fahem por cinco hombres que le vendaron los ojos, lo golpearon y le pusieron una pistola en la cabeza.
Fue el 20 de mayo. Mohammed Saadi fue una de las miles de personas que se reunieron para el cortejo fúnebre de Mohammed Kiwan, un joven de 17 años muerto a tiros por la policía israelí una semana antes.
En ese momento, las tensiones aumentaban en Jerusalén oriental, ocupada como consecuencia del desalojo forzoso de familias palestinas de Sheikh Jarrah que planeaba Israel, los ataques al recinto de la mezquita de Al-Aqsa y la agresión militar de Israel contra Gaza.
Miles de ciudadanos palestinos de Israel se han manifestado casi a diario en las ciudades israelíes.
Los cinco hombres se encontraban cerca del cortejo fúnebre de Kiwan en Umm al-Fahem, ciudad del centro de Israel poblada mayoritariamente por palestinos con ciudadanía israelí. Iban enmascarados y ocultos tras sus pañuelos y vestidos como cualquier palestino en Israel que participa en una manifestaación.
Pero estaban armados y pertenecían a la unidad Musta’ribeen de la policía israelí, una unidad encubierta compuesta por israelíes disfrazados de palestinos. Sus miembros suelen acudir a las manifestaciones palestinas con la intención de detener a los manifestantes. En el pasado, incluso han matado a palestinos.
Cuando la manifestación terminó, alrededor de las 8 de la tarde, Saadi y su hermano de 15 años se fueron a casa. Su ruta pasaba por una rotonda llena de policías y soldados del ejército. “De la nada, cinco hombres salieron de un coche gris metálico y nos rodearon. No pude ver ninguna de sus caras”, dijo Saadi días después de su liberación.
“Me agredieron, me empujaron y me obligaron a entrar en el coche. Afortunadamente, mi hermano consiguió escapar, así que sólo me cogieron a mí”. Dentro del coche, Saadi tenía los ojos vendados y estaba amenazado de muerte. No sabía a dónde iba y no sabía qué había hecho mal.
“Me amenazaron con matarme, con muy malas palabras. Insultaron a mi madre, a mi hermana y a toda mi familia”, dijo. “Les pedí que pararan, pero cada vez que intentaba responder, me golpeaban”.
“Me golpearon por todo el cuerpo: la cabeza, los brazos, las piernas. Tenía la cara hinchada, pero hubiera preferido morir antes que ser humillada así”, dijo Saadi.
Cuando llegó a la comisaría, le esposaron las manos a los pies y no le trataron la cabeza sangrante. Le dejaron así, con mucho dolor, durante tres horas, sin poder contactar con su familia ni con un abogado. “No temía por mí, pero no quería que castigaran a mis padres por algo que yo podría haber hecho. En realidad, lo que más me preocupaba era mi familia”, dijo Saadi.
Una mujer policía de habla árabe le interrogó. Según Saadi, ella trató de hacerle confesar cosas que no había hecho. “Me acusaron de agredir a un policía y de lanzar piedras, pero no hice nada de eso”.
Su padre, Shadi Saadi, declaró que recibió una llamada de la comisaría “tres horas después de su detención”. Saadi fue liberado a las 3 de la madrugada, horas después de que su padre llegara a la comisaría con un abogado.
La unidad del terror de la policía israelí
Los oficiales de la unidad Musta’ribeen suelen dominar el árabe y conocer la cultura palestina. Se hacen pasar por árabes y realizan operaciones dentro de las comunidades palestinas.
Asimismo, en Haifa, Youssef, de 15 años, fue detenido el 12 de mayo por la policía de la unidad Musta’ribeen, según su abogado, Janan Abdu. Un vídeo facilitado por Abdu muestra el momento en que Youssef fue detenido.
El abogado de Youssef pidió que no diera su apellido por temor a represalias.
Esa noche Youssef había ido a casa de un amigo donde había oído que bandas fascistas, compuestas principalmente por colonos judíos, estaban atacando a los palestinos y sus casas.
Mientras caminaba hacia su casa vio a un grupo de hombres con la cara cubierta, corriendo hacia él con palos y barras de metal. Intentó huir, pensando que eran miembros de una banda fascista.
Según Abdu, abogado del Comité Público contra la Tortura de Israel, con sede en Haifa, que se ha ofrecido a defender a los palestinos encarcelados, los hombres se abalanzaron sobre él, lo derribaron al suelo y lo golpearon con barras de hierro “hasta que su cabeza empezó a sangrar”.
“Acabaron rompiéndole la nariz”, dijo Janan Abdu. Presentará una queja oficial en nombre de Youssef. Dijo que un gran número de niños han sido blanco de la unidad Musta’ribeen de la policía en las últimas semanas. “Estos casos de violencia extrema se están convirtiendo en la norma”, añadió.
Las detenciones de Saadi y Youssef parecen formar parte de la campaña “Operación Ley y Orden“ de la policía israelí anunciada el domingo. La oleada de detenciones tiene como objetivo castigar a los ciudadanos palestinos de Israel por protestar contra la violencia de los colonos, los ataques de las fuerzas israelíes al recinto de la mezquita de Al-Aqsa y los 11 días de bombardeos del ejército en Gaza, según informan expertos jurídicos y grupos de derechos.
En un comunicado, la policía israelí dijo que más de 1.550 palestinos han sido detenidos desde el 9 de mayo. Sólo esta semana, más de 300 de ellos han sido detenidos en ciudades israelíes, como Haifa, Yafa, Lydd, Al-Jalil (en la Galilea) y al-Naqab (en el Negev).
Objetivo de la represión israelí: los niños
Hasta la fecha, se han presentado 140 acusaciones contra 230 personas, en su mayoría palestinos, incluidos menores de edad. Se les acusa de agredir a los policías, manifestarse y lanzar piedras.
La mayoría de las veces, cuando se acusa a los niños, se les acusa de tirar piedras, un delito que conlleva una pena máxima de 20 años de prisión.
En Haifa, los niños representan el 20 por ciento de las detenciones, según Abdu, que ha documentado las detenciones con otros abogados voluntarios. “Ninguna protesta termina sin una detención”, dijo. “Se dirigen intencionadamente a los menores”.
Las cifras diarias publicadas por la fiscalía no especifican el número de niños detenidos. Pero “ciertamente ha aumentado el número de detenciones de niños”, dijo desde Jerusalén Ayed Abu Qtaish, director del programa de responsabilidad de Defensa Internacional de los Niños Palestina (DCIP).
“Suele haber un aumento del número de niños detenidos cuando las tensiones se intensifican”, dijo. Aunque los niños palestinos están protegidos por el derecho internacional, existe de hecho una “brecha entre la ley y la realidad”, dijo Abu Qtaish.
Según las cifras más recientes, que se remontan a septiembre de 2020, 167 niños palestinos estaban en cárceles israelíes. En marzo de 2016, el número de niños detenidos alcanzó los 440.
Por su parte, Raafat Abu Ayesh, activista de Al Naqab, afirmó que los palestinos “están siendo tiroteados en las calles”, refiriéndose a la reciente violencia de bandas de extremistas judíos contra los palestinos. Según los medios de comunicación locales, estas bandas cuentan con el apoyo de la policía y los activistas de extrema derecha a veces incluso participan en las detenciones de palestinos.
“Aplican la ley de manera completamente diferente según seas palestino o judío”, dijo Abu Ayesh. “Su “democracia“ sólo se aplica a los ciudadanos judíos”.
Presión sobre las familias
En Israel hay unos 1,8 millones de ciudadanos palestinos, que representan aproximadamente el 20 por ciento de la población del país. Aunque tienen la ciudadanía y el derecho de voto, han sido discriminados durante mucho tiempo. Hasta la fecha, muchas comunidades palestinas de Israel también están infrafinanciadas y marginadas.
Abu Ayesh calcula que al menos 150 niños palestinos han sido detenidos en Israel en las últimas dos semanas. Utilizan estas detenciones como “arma para castigarnos y silenciarnos”, afirma. “Aquí en el Néguev, por ejemplo, apuntan a los niños para asustar a sus familias y presionarlas”.
También es más fácil para la policía obtener confesiones falsas de los menores que de los adultos, añadió Abu Ayesh.
Según Abdu, el abogado de Youssef, de 15 años, los abusos y las violaciones son la norma en las salas de interrogatorio, especialmente en las del Shabak, el servicio de seguridad interna de Israel, también conocido como Shin Bet, que es conocido por los métodos abusivos que utiliza contra los presos palestinos.
“Hasta ahora se ha acusado a decenas de menores, y algunos, en lugar de ser puestos en libertad, permanecen en régimen de detención prolongada aunque el juez solicite su puesta en libertad, dijo Youssed al-Zayed, abogado de Al-Jalil. “Cada vez que la fiscalía recurre la sentencia, mantienen al niño detenido”.
Al-Zayed dijo que la mayoría de los niños que ve en las comisarías muestran signos de violencia y son interrogados durante horas sin un abogado. “Según la legislación israelí, la policía está obligada a informar a los detenidos de su derecho a recibir asesoramiento jurídico”, declaró. Pero cuando el Shin Bet interviene en los interrogatorios, añadió, es difícil saber si el niño ha sido informado de sus derechos, porque los abogados no tienen acceso a sus defendidos.
A veces se impide que los niños vean a sus abogados durante 48 horas con el pretexto de la seguridad. “He visto a niños de 10, 11 y 12 años detenidos. Es la primera vez que veo que se detiene a niños en tal cantidad y con tanta violencia”, dijo Al Zayed.
Estas detenciones son una forma de “aterrorizar a toda una generación para impedir que se exprese”, añadió. “Quieren aplastar su espíritu, su voluntad”. Pero niños como Saadi dicen que nunca dejarán de proclamar “lo que es correcto“ y de apoyar al pueblo palestino.
—Farah Najjar https://www.aljazeera.com/news/2021/5/28/hldterrorising-a-generation-israelarrestingpalestinianchildren