Israel posee aproximadamente 90 ojivas nucleares, según el informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri) correspondiente a este año. Nunca ha reconocido la posesión de armas nucleares, lo que le ha permitido evadir las regulaciones internacionales, a diferencia de países como Irán, que se encuentran bajo vigilancia constante.
Las ojivas están destinadas principalmente al despliegue aéreo. Aproximadamente 30 bombas podrían transportarse en los F-16I, mientras que hasta 50 ojivas serían compatibles con misiles balísticos como el Jericho III, que tiene un alcance aproximado de 5.500 kilómetros. También se mencionan modificaciones en algunos F-15, pero no se confirman.
Los lugares de almacenamiento, posiblemente parcialmente desmantelados, permanecen sin localizar.
Estados Unidos y las demás potencias occidentales respaldan la falta de control interncional sobre las armas nucleares gracias a un acuerdo tácito alcanzado en 1969. Israel no es signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y sus instalaciones no están sujetas a las inspecciones de la OIEA.
El año pasado su gasto nuclear aumentó un 2,4 por cien, hasta alcanzar los 1.100 millones de dólares. Israel incluso ha realizado pruebas de un nuevo sistema de propulsión de misiles y continúa modernizando el complejo nuclear de Dimona.
De las nueve potencias nucleares enumeradas en el informe del Sipri, Israel es la única en Oriente Medio. Esta singularidad, rara vez mencionada en las conversaciones diplomáticas, ilustra una importante quiebra del control internacional.
Mientras que Irán, por haber firmado el TNP, permanece bajo vigilancia constante, Israel opera al margen de la legalidad internacional. Esta diferencia de trato plantea dudas sobre la imparcialidad de la OIEA y el sistema nuclear internacional.
En noviembre de 2023 un ministro israelí hizo declaraciones brutales sobre el hipotético lanzamiento de un arma nuclear contra Gaza, posteriormente calificadas de “metafóricas”. Según EuroMed Human Rights Monitor, en 2023 los bombardeos israelíes sobre Gaza habrían totalizado 25.000 toneladas de explosivos, el equivalente a dos bombas nucleares como las de Hiroshima.
Si bien la atención sigue centrada en las intenciones de otros Estados, el informe del Sipri recuerda que la estabilidad regional también depende de un enfoque equilibrado y transparente respecto a los arsenales nucleares.
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