A ello se añade su consideración de que la revuelta palestina en curso en Cisjordania y en Israel no tiene nada que ver con el terrorismo salafo-yihadista de Al-Qaeda o del Daesh, sino que tiene su explicación en las frustraciones engendradas por medio siglo de ocupación y de parálisis de los procesos de paz.
Son afirmaciones que, manifestadas por el secretario general de la ONU, han resonado en los oídos de Benjamin Netanyahu como una descalificación radical del intento de Israel y sus aparatos de propaganda de hacer creer a la comunidad y a la opinión internacional sensibilizadas por el terrorismo yihadista que el Estado sionista se enfrenta a la misma barbarie.
Aún deplorando la violencia en curso en Cisjordania e Israel, Ban Ki-moon comprende necesariamente que el aumento de la tensión y la reacción de un pueblo oprimido, a quien se niegan todos sus derechos.
El disgusto es grande entre los sionistas, a los que se dice a la cara y en el Consejo de Seguridad que la revuelta palestina nada tiene que ver con el antisemitismo en que la envuelven los autoridad israelíes, que presentan a sus protagonistas como si persiguieran matar a los judíos por el hecho de ser judíos.
La ONU, en nombre de la cual se ha manifestado Ban Ki-moon, también se ve atacada por estos sionistas que, olvidando que es esa ONU la que permite la existencia del Estado de Israel, ahora la acusan de haber perdido su “poder moral”, por no apoyar sus propósitos.
No se privan de gritar, amenazar y utilizar la infame acusación de antisemitismo. No consiguen convencer de su teoría de que la revuelta palestina es una acción terrorista cuyo objetivo es la destrucción del Estado de Israel.
Ban Ki-moon se ha limitado a comunicarles que la comunidad internacional no se deja intimidar por sus presiones y los anatemas criminalizadores que lanzan contra los que niegan su versión respecto a las tensiones y revueltas que marcan las relaciones entre palestinos e israelíes.
En su furia ante el fracaso de su intento de asimilar a los palestinos en rebeldía a terroristas partidarios de la indefendible causa salafo-yihadista, matriz del terrorismo internacional, las autoridades israelíes mantendrían hasta el final que sus enemigos apoyan a éste, y lo utilizarán como pretexto para rechazar la solución política del conflicto palestino-israelí, maniobrando de manera que adquiere una vertiente en la que predomine el aspecto religioso, pintando con visos de verosimilitud la amalgama que hacen entre la revuelta palestina y el terror salafista y yihadista.
Era só o que faltava. O país que criou o Hamas, para dividir os palestinianos, o país que apoia a Al-Qaida, ISIS para destruir Assad e o Irão, o país que apoia a escória integrista para os seus intentos, o país que tem grupos terroristas judeus que matam crianças árabes queimando-as vivas e dá aos seus assassinos cobertura e proteção, quer agora equipar Resistência ao terrorismo????
Israel, a vergonha do mundo!!!!