Los ministros israelíes no se caracterizan por la contención y el de Asuntos Exteriores, Israel Katz, amenazó el martes a Hezbollah con la destrucción en una “guerra total”, mientras Amos Hochstein, el asesor de Biden, se pasea por la región.
Por “guerra total” Israel entiende lo mismo que en Gaza: entrar en Líbano y matar a todos los que encuentren por el camino. Por eso a quien intimida Katz es a todos los libaneses.
“Estamos muy cerca del momento en que decidiremos cambiar las reglas del juego contra Hezbollah y Líbano. En una guerra total, Hezbollah será destruido y Líbano será duramente golpeado”, dijo Katz en un comunicado oficial.
En el campo de batalla, los enfrentamientos transfronterizos entre el ejército israelí y el movimiento libanés se intensifican. Hezbollah ha publicado imágenes del puerto israelí de Haifa tomadas desde un dron en movimiento y Hassan Nasrallah amenaza con bombardearlo.
Situado en el norte de Israel, el puerto de Haifa está operado por grandes empresas internacionales chinas e indias.
Si el enviado de Biden ha llegado a Beirut para calmar los ánimos, el fracaso no puede ser más estrepitoso.