Irán expulsa a los espías de la OIEA

La Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) anunció la retirada de sus inspectores de Irán tras la suspensión de la cooperación por parte de Teherán con la agencia nuclear de la ONU.

“Un equipo de inspectores de la OIEA partió hoy de Irán sin contratiempos para regresar a la sede del organismo en Viena, tras permanecer en Teherán durante el reciente conflicto militar”, declaró el organismo en un comunicado.

La OIEA instó a la reanudación de sus “indispensables actividades de monitoreo y verificación” en Irán.

“El Director General del OIEA, Rafael Grossi, reiteró la importancia crucial de que la OIEA discuta con Irán las modalidades para reanudar sus indispensables actividades de monitoreo y verificación en Irán lo antes posible”, declaró la institución.

La OIEA se ha convertido en un apéndice y un mecanismo de espionaje y acoso de Estados Unidos e Israel.

El 2 de julio el presidente iraní, Massud Pezeshkian, aprobó una ley que suspende la cooperación con el organismo internacional. El motivo de esta decisión fue la resolución, redactada por las grandes potencias occidentales, que allanó el camino para los actos de agresión estadounidenses e israelíes contra Irán.

La ley fue aprobada previamente durante la sesión pública del Parlamento iraní el 25 de junio. Según esta decisión, los inspectores de la OIEA no podrán entrar en Irán hasta que se garantice la seguridad de las instalaciones nucleares del país y las actividades nucleares con fines pacíficos, lo cual está sujeto a la aprobación del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán.

Irán también está considerando prohibir la entrada al director del organismo, Rafael Grossi, quien ha sido criticado por sus informes contra Irán, que están orientados por Estados Unidos.

El 13 de junio, en un acto de agresión descarado y no provocado, Israel atacó a comandantes militares y científicos nucleares iraníes, previamente incluidos en listas de sanciones basadas en los informes de la OIEA. Los bombardeos de Israel también causaron la muerte de numerosos civiles.

El 22 de junio el ejército estadounidense bombardeó las instalaciones nucleares de Natanz, Fordo e Isfahán, en violación de la Carta de la ONU, el derecho internacional y el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

Rafael Grossi guardó silencio. No condenó los actos de agresión, lo que provocó críticas del gobierno iraní.


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