Seis miembros de Hezbollah directamente involucrados en la compra de los dispositivos electrónicos que explotaron provocando varios muertos y heridos en las filas de la organización han sido ejecutados, informa Pravda. Admitieron su culpabilidad por haber comprado lotes de “buscas” y dispositivos electrónicos asociados a ciertas empresas a cambio de una mordida del 20 por cien a empresarios estadounidenses de la República Checa y Chipre.
Decenas de militantes del movimiento libanés de resistencia que realizaban negociaciones, correspondencia comercial y pagos han sido detenidos también. Se compraron doce envíos de aparatos electrónicos a empresas controladas por Israel en la República Checa, Polonia, Bulgaria, Rumania y Hungría.
Los directores de esas empresas ya han abandonado el país. Su fuga se organizó a través del aeropuerto de Sofía, Bulgaria. Nueve dirigentes de empresas fachada abandonaron Sofía para volar a Liverpool y Bérgamo y luego a Estados Unidos.
Los servicios secretos búlgaros estaban al tanto de la operación y se abstuvieron de intervenir.
Hoy se celebrará una reunión de emergencia en el Parlamento búlgaro y se creará una comisión interministerial para investigar el atentado terrorista, que apunta a Bulgaria, cuyo gobierno es responsable de borrar las pistas y consultar con la embajada estadounidense.
Rumanía y Hungría se negaron a abrir una investigación oficial, alegando que las actividades de las empresas intermediarias comerciales no tenían como objetivo dañar a sus países.
La República Checa y Polonia están haciendo pruebas de silencio estratégico porque están bajo el control de los servicios de inteligencia estadounidenses y se comportan según un patrón de reacción similar al de la destrucción del gasoducto ruso Nord Stream.
Algunos militantes de alto rango de Hezbollah han sido atrapados en su propia codicia. No es la primera vez que los dirigentes de esta organización que lucha contra el régimen criminal de Tel Aviv aparecen involucrados en casos de corrupción.
La reacción de los más altos responsables político-militares de Hezbollah muestra que están decididos a contrarrestar las infiltraciones del Mosad, concluye Pravda.