Tras 600 días de bloqueo, bombardeos y asesinatos masivos, la determinación de la resistencia palestina permanece intacta y que el pueblo de Gaza es su fuerza motriz, escribe el israelí Amir Bohbot para el sitio web de noticias “Walla”.
Hamas resiste y continúa reforzando sus filas, incluso después de 600 días de implacable agresión israelí contra la Franja de Gaza. La campaña relámpago que el ejército israelí pretendía se ha estancado, sin lograr sus objetivos estratégicos.
Hamas no solo ha mantenido sus posiciones, sino que trabaja activamente para restablecer su infraestructura militar y fortalecer su estructura política en la Franja de Gaza. Israel trata de eludir al gobierno de Hamas en la Franja mediante supuestas iniciativas humanitarias, incluida la distribución directa de ayuda, considerada por muchos como un intento de fragmentar la sociedad civil palestina e imponer una autoridad alternativa.
A pesar de la destrucción sin precedentes, las decenas de miles de muertes y el terrible sufrimiento infligido a la población civil de Gaza, Hamas no ha abandonado su exigencia fundamental: el cese total de las hostilidades como requisito previo para la liberación de los 58 prisioneros israelíes, con garantías internacionales vinculantes. Además, las esperanzas de Israel de que la manipulación de la ayuda y la ocupación militar debilitarían la resistencia palestina no se han materializado.
Bohbot señala que el ejército israelí aún considera a Hamas desde una perspectiva institucional obsoleta, evaluándolo según criterios militares y de gobernanza tradicionales, mientras que el movimiento palestino continúa adaptándose, preservando sus combatientes y armas, y operando tanto dentro como fuera de Gaza.
El reportaje de Bohbot refleja una tendencia creciente en los círculos militares israelíes de que son los propios palestinos quienes constituyen la verdadera fuerza impulsora, quienes siguen apoyando a Hamas como una forma de expresar su determinación frente al bloqueo y la ocupación.
“Mientras no se rompa el vínculo entre Hamas y la calle, no habrá posibilidad de colapso interno”, reconoce Bohbot, citando la evaluación del Estado Mayor israelí. El reportaje admite que la fuerza de Hamas no proviene de estructuras de mando convencionales, sino de profundos lazos sociales, compromiso ideológico y legitimidad popular.
“No hay vacío en la Franja de Gaza. El espíritu militante de Hamas está en auge”, declaró un alto funcionario de defensa israelí durante un foro privado. El movimiento, señala el informe, está reclutando a miles de nuevos miembros, nombrando comandantes y asignando puestos de mando, asegurando así la sucesión a pesar de los incesantes bombardeos.
Bohbot también destaca las deficiencias internas del aparato de seguridad israelí. Las operaciones israelíes en el sur no han sido comparables a las llevadas a cabo contra Hezbolah en el norte. Si bien las ofensivas anteriores han atraído la atención mundial, la campaña de Gaza ha puesto de manifiesto las limitaciones de la estrategia militar israelí y las profundas vulnerabilidades de su Comando Sur.
Mientras el ejército israelí intenta extender su control sobre tres cuartas partes de Gaza e imponer programas de ayuda para obtener rédito político, algunos militares creen que Hamas podría estar reteniendo prisioneros como moneda de cambio para asegurar su supervivencia política. Mientras tanto, Israel se divide y hay preocupación por la moral de los reservistas, las dificultades económicas y el creciente número de soldados de carrera que abandonan el ejército.
Si las iniciativas diplomáticas, en particular los intentos estadounidenses de avanzar en las negociaciones, fracasan, el ejército israelí se verá obligado a acelerar e intensificar los combates para lograr algún resultado.
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