Jamie Margolin, una Thunberg made in USA |
Desde hace un año la adolescente sueca Greta Thunberg es una mercancía en torno a la cual los montajes se han renovado con un aire de reivindicación y protesta absolutamente impostados. Uno de los últimos es su nominación para el Nobel de la Paz y las casas de apuestas la sitúan como favorita en el primer lugar.
Otro es la “huelga climática” prevista para el 27 de setiembre, en cuya convocatoria no falta nadie, sobre todo los sindicatos más “revolucionarios”, cogidos de la mano de los más reaccionarios, como UGT (1).
Otro montaje es su viaje en velero desde Plymouth, en el suroeste de Inglaterra, hasta Nueva York, un trayecto de dos semanas retransmitido en vivo y en directo por las televisiones de todo el mundo. En la ciudad de los rascacielos, la ONU le dará la bienvenida con una flotilla de barcos, un recibimiento que no se ha llevado a cabo con ningún Jefe de Estado.
A Thunberg no la trasladan en avión porque emiten CO2, mientras el velero está impulsado por energías “limpias”. Falta añadir que dicho velero es propiedad del hijo de la Princesa de Mónaco porque en Europa las Casas Reales demuestran a cada paso un amor sin límites por el medio ambiente.
La campaña ha alcanzado tales vuelos que el padre de Thunberg, Svante, ha optado por abandonar su profesión de actor para dedicarse a la de manager de su hija.
El periódico británico The Times asegura que el éxito de la campaña Thunberg ha sido impulsado por grandes grupos de presión y monopolios energéticos (2). Su montaje está favoreciendo a grupos poderosos que la utilizan a la joven en su propio beneficio.
“El fenómeno Greta también ha involucrado a grupos de presión verdes, relaciones públicas, eco-académicos y un equipo de expertos fundado por una rica ex ministra socialdemócrata de Suecia con vínculos con las empresas de energía del país. Estas empresas se están preparando para la mayor bonanza de contratos gubernamentales de la historia: la ecologización de las economías occidentales. Greta, lo sepan o no ella y sus padres, es la cara de su estrategia política”, escribe el diario londinense.
Según el Times, cuando Thunberg llevó a cabo su huelga escolar junto al parlamento sueco para que el gobierno redujera las emisiones de carbono, el 20 de agosto del año pasado, Ingmar Rentzhog, el fundador de la plataforma “We Don’t Have Time” (No Tenemos Tiempo), pasaba por la calle. Minutos más tarde el magnate subía a su página de Facebook una imagen de la joven. A partir de ahí, el rostro de la adolescente y su mensaje comenzó a copar los principales tabloides del mundo.
En un primer momento, Rentzhog comentó que vio a Greta “por casualidad”, aunque finalmente confesó al Times que era mentira. Conoció a Malena, la madre de Greta, unos tres o cuatro meses antes de que empezara la farsa.
Luego Bo Thoren, cabecilla del grupo ecologista local, le avisó de la protesta que iban a emprender. Thoren había conocido a la adolescente después de un concurso de redacciones sobre el medio ambiente organizada por el periódico Svenska, en el que la sueca había logrado el segundo puesto.
La madre de Greta reconoció que ningún otro alumno de la escuela quiso secundar la protesta, de modo que su hija se quedó sola.
El acto se promovió en paralelo con la venta un libro de los padres de la joven, que ganó un premio de la organización seudoecologista WWF. En el libro los padres de Greta aseguran que trabajar por el planeta les ha ayudado a salvar su familia. El editor de la obra, Jonas Axelsson, reconoció que los periodistas le preguntaron de inmediato si la “huelga” era un acto publicitario del libro.
Rentzhog, director del lanzamiento publicitario de Thunberg, ha pasado por la organización medioambiental de Al Gore, el Climate Reality Project. A él y a su socio, David Olson, los han financiado fondos de inversión como Laika Consulting o Svenska Bostadsfonden.
Otro especulador que ha participado en la financiación de Rentzhog y Olson es Gustav Stenbeck, una de las mayores fortunas de Suecia. Ahora Rentzhog dirige Global Utmaning, un equipo vinculado con una multimillonaria, Kristina Persson, que es la antigua ministra de un gobierno socialdemócrata a la que se refiere el Times en su artículo.
La organización de Rentzhog cuenta también con la colaboración activa de Anders Wijkman, expresidente del Club de Roma, Petter Skogar, dirigente de una de las principales organizaciones empresariales de Suecia, y Catharina Nystedt Ringborg, que ha sido capataz de varias empresas energéticas.
Una parte del trabajo de Thunberg lo canaliza Daniel Donner, que ejerce como jefe de prensa de la adolescente. Donner trabaja en la oficina de un grupo de presión con sede en Bruselas conocido como European Climate Foundation, financiado por importantes grupos monopolistas.
La manipulación de Thunberg no es muy diferente de la que ya lleva algunos años protagonizando Jamie Margolin, otra joven seudoecologista de 17 años que alcanzó el éxtasis en 2017 con la creación de la ONG Zero Hour.
(2) https://www.thetimes.co.uk/article/greta-thunberg-and-the-plot-to-forge-a-climate-warrior-9blhz9mjv
Más información:
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– La Iglesia de Suecia proclama a Greta Thunberg sucesora de Jesucristo