Google censura a los medios independientes de información

El 25 de abril Google anunció la modificación de su motor de búsqueda para que los usuarios tuvieran más dificultades para acceder a sitios de información independientes de las grandes cadenas mediáticas, esos que suministran información de mala calidad, conspiranoica, magufa y falsa.

Entre dichos calificativos están los sitios que se oponen al fascismo, al imperialismo, a la guerra, cuyo número de visitas ha empezado a descender progresivamente desde entonces en todo el mundo

Los buscadores de internet esconden su parcialidad detrás de complejos algoritmos informáticos (Search Quality Rater Guidelines) que son la expresión lógica y matemática de la ideología dominante, que sigue desarrollando su capacidad para analizar y censurar los contenidos de internet.

Eso que llaman “inteligencia artificial” es artificial pero es muy poco inteligente. No quieren que leamos noticias inconvenientes para nosotros, que nos confundan, que nos lleven al error porque somos así, gilipollas integrales, incapaces de discriminar lo que tenemos delante de nuestras narices.

El modelo es el que las revistas científicas anglosajonas han impuesto desde 1945: la creación de equipos de censores (“peer review”) que evalúan las noticias y los sitios de internet según su propio criterio ideológico. Son los modernos inquisidores, los censores de libros prohibidos, los nuevos martillos de herejes resucitados de la Edad Medieval y las peores épocas de oscurantismo.

El papel de los censores es el de toda la vida, elaborar listas negras, etiquetar a determinados sitios para que no aparezcan entre las dos primeras páginas de Google. De esa manera el buscador tiene la excusa para que no le acusen de censura: entierra la web de tal manera que su localización sea como buscar una aguja en un pajar.

Quien quiera una información de calidad debe acudir al Washington Post, Le Monde, The Guardian, Clarín o La Repubblica.

El mes pasado la Comisión Europea multó a Google con una sanción 2.700 millones de dólares precisamente por manipular los resultados de las búsquedas. La manipulación se lleva a cabo tanto por motivos comerciales como políticos.

Las páginas progresistas que más se leen han visto caer el número de visitantes muy fuertemente, en un promedio del 70 por ciento. Sitios conocidos de información, como Wikileaks, Counterpunch o Global Research han visto que sus índices de lectura se han desplomado. En nuestro caso, desde enero de este año la caída es del 77 por ciento.

El término “noticias falsas” que han creado los imperialistas para sostener su hegemonía ideológica, ha cuadruplicado el número de entradas desde noviembre, coincidiendo con la farsa de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Para presionar a los buscadores (Google) y las redes sociales (Facebook), el 14 de noviembre el New York Times les acusó directamente de ser los responsables de la victoria electoral de Trump por difundir noticias falsas. Ahora los monopolios informáticos quieren congraciarse con los informativos.

Diez días después el Washington Post dijo lo mismo de una manera aún más clara en un artículo titulado “El esfuerzo de propaganda ruso contribuye a difundir noticias falsas sobre las elecciones”, en el que se apoyaba en PropOrNot, un colectivo anónimo que propaga las tonterías típicas de los informáticos y expertos digitales.

Hasta el Washington Post tuvo que rectificar la chapuza de sus expertos: “No ofrecemos ninguna garantía sobre la validez de los resultados de PropOrNot”. Pero el daño ya está hecho. La censura ha triunfado también en la red. El 7 de abril la agencia Bloomberg anunció que Google trabajaba con el Washington Post y el New York Times para “verificar artículos” y erradicar las “noticias falsas”.

Tres meses después de los 17 sitios etiquetados dentro de la lista negra de Google, el New York Times y el Washington Post, 14 habían experimentado una reducción promedio del 25 por ciento en el número de visitantes. El algunos casos la reducción era del 60 por ciento.

Lo mismo que los colectivos sociales progresistas promocionan sitios de información independientes, también deberían promocionar otro tipo de buscadores que no sea el mismo de siempre, como por ejemplo:

— DuckDuckGo (http://www.duckduckgo.com)
— Yippy (http://www.yippy.com)
— Teoma (http://www.teoma.com)
— Gigablast (http://www.gigablast.com)
— Disroot (http://search.disroot.org/)
— Exalead (http://www.exalead.com/search)
— Bing (http://www.bing.com)

comentarios

  1. Alternativas hay al buscador de Google. Cabe instalar como buscador, por ejemplo el que yo utilizo: duckduckgo.com/ o alguna otra de similar imparcialidad.

  2. ¡Perdón! No había llegado a leer todo y por ello no vi que estáis mejor informados que yo, aunque veo que a la cabeza del a lista tenéis precisamente el buscador que yo utilizo. Además cabría aconsejar la utilización de un lector de fuentes de información, para lo que yo utilizo "Bamboo Fed Reader" y entre nosotros ir desaconsejando las fuentes de información tóxicas y recomendando añadir las saludables.

  3. Google desindexó varios documentos de mi dominio y yo he demandado a Google. El juicio se celebrará en Madrid el 30.1.18. Agradeceré comentarios para
    miguelgallardo.es/juicio-google.pdf
    cita.es/google-censura.pdf
    docs.google.com/document/d/1WK2cMA73OyQtX37LQxIESaqb650pUWb4GtAHHbnivHg/edit

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