Tras más de ocho años de ocupación militar, ayer Macron anunció el cierre de algunas bases y una reducción de tropas francesas en el Sahel, que será sustituida por una “alianza internacional” con participación europea.
Francia viene sufriendo un revés tras otro en el norte de África y la situación se ha complicado en las últimas semanas. El país clave en la región, Malí, ha sufrido dos golpe de Estado en menos de un año, lo que ha llevado a París a suspender sus operaciones conjuntas con el ejército malienses.
El presidente de Chad, Idriss Deby, un peón fiel a cualquier orden procedente de París, murió recientemente.
Francia mantiene a más de 5.000 soldados dentro de la Operación Barjan, que Macron da por terminada “como operación exterior”. Ahora busca socios, no sólo en Europa, sino también entre los Estados de la región.
En 2023 las tropas francesas se reducirán a la mitad, que seguirá siendo una presencia “significativa”, dice el comunicado oficial. París cuenta con la internacionalización de la ocupación para acompañar en el combate a unas fuerzas locales insuficientemente equipadas y entrenadas.
La lucha contra los yihadistas se hará con fuerzas especiales estructuradas en torno a la Operación Takuba, que tiene un alcance europeo.
En febrero, durante una cumbre en Yamena con los miembros de la organización G5 Sahel, que reúne a cinco países de la zona (Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger y Chad), el presidente francés aplazó el plan de reducción de tropas para mantener la ocupación militar.
El pretexto para la ocupación militar del norte de África son los yihadistas. En la región operan el Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS) y las organizaciones afiliadas a Al-Qaeda agrupadas en el GSIM (Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes).
Ante la proximidad de las elecciones presidenciales de 2022, la ocupación militar militar a largo plazo también plantea crecientes dudas en Francia, donde 50 soldados han muerto en combate desde 2013.
Macron deploró que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) haya reconocido al coronel Assimi Goita como presidente de la transición en Mali, tras un segundo golpe de Estado por su parte en nueve meses.
Pero a su vez Macron ha sido criticado en Francia por apoyar la transición militar en Chad tras la muerte de Idriss Deby, que sentó un precedente para los golpistas de Mali.
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