La semana pasada Francia recibió un cargamento de uranio reciclado procedente de Rusia. No vulnera las sanciones contra Rusia porque la energía nuclear no está incluida en la lista negra. Uno de los cuatro reactores de la central de Cruas cargará pronto con la materia prima rusa. No obstante, el 1 de marzo el Parlamento Europeo invitó “a los Estados miembros a poner fin a toda colaboración con Rusia en el ámbito nuclear, en particular con Rosatom y sus filiales”.
Es la primera vez en una década que la empresa pública EDF recibe una entrega de uranio reciclado. En 2018 la empresa reactivó un contrato con Rusia para reciclar el uranio de su combustible, después de que estas relaciones franco-rusas estuvieran suspendidas durante una década.
Estas importaciones ilustran la dependencia de Europa de Rusia para el reciclaje de su uranio. Ningún país de Europa Occidental dispone de la tecnología industrial necesaria para reciclar el uranio del combustible irradiado una vez en los reactores nucleares.
Por ello, EDF siempre ha recurrido a Rusia para este proceso industrial y la empresa eléctrica francesa sigue comerciando con Tenex, la filial de la empresa rusa Rosatom. Las relaciones entre Francia y Rusia sobre el reciclaje del uranio se remontan a la década de los setenta, pero se suspendieron en 2013 y luego se reactivaron cinco años después.
El ciclo del combustible nuclear
Para producir electricidad, un reactor nuclear debe cargarse con combustible de uranio enriquecido (UOX). Para ello, primero hay que extraer el uranio natural de las minas y luego enriquecerlo.
El combustible permanece en el núcleo del reactor, donde se irradia entre 12 y 18 meses, según el tipo de reactor. Cuando se gasta y ya no tiene suficiente energía, se retira del reactor y se almacena en una piscina de refrigeración dentro de la central nuclear.
Al cabo de unos años, se traslada a una de las cuatro piscinas de almacenamiento, donde permanecerá durante algunos años más. Sólo después de siete a diez años, cuando se ha enfriado lo suficiente, se puede reprocesar el combustible gastado, de modo que parte de él puede reciclarse.
A continuación, el combustible se divide en tres partes: los residuos nucleares (4 por cien), que nunca podrán reutilizarse y que están destinados a ser almacenados durante mucho tiempo; el plutonio (1 por cien), que se reutiliza para fabricar combustible “mox” (mixed oxide, mezcla de óxidos de uranio), un tipo de combustible utilizado en algunos reactores nucleares de fisión compuesto por una mezcla de óxido de uranio natural, uranio reprocesado o uranio empobrecido y óxido de plutonio; y el uranio reprocesado, o uranio reprocesado, (95 por cien), que se recicla en Rusia, gracias a las operaciones de conversión y enriquecimiento.
Auge y crisis de la industria de enriquecimiento del uranio
Entre 1972 y 2010 Francia envió a Rusia varios miles de toneladas de residuos de uranio para su reciclaje. La materia prima se puede reutilizar de nuevo en los reactores. En 2013 EDF dejó de reciclar el uranio. Para la empresa resultaba más barato extraer uranio natural y enriquecerlo que reciclar el uranio, dado el bajo precio de mercado del uranio natural, que se desplomó tras el accidente de Fukushima. El reciclaje de uranio ya no era competitivo. La industria del reciclaje en Rusia también cerró por razones técnicas.
Hoy, la subida del precio del uranio natural y la acumulación de materia prima en los reactores franceses, llevaron a EDF a reactivar el reciclado. A partir del próximo año, uno de los cuatro reactores de la central de Cruas recibirá uranio reciclado de Rusia.
El objetivo europeo es sacudirse a Rusia de encima y tener una línea de producción propia, pero la construcción de una nueva planta de conversión en Europa Occidental llevará unos diez años. EDF trabaja en ello con Westinghouse y Orano.
Aparte de Francia, sólo Japón y China son capaces de reutilizar el uranio de los residuos. Una línea de conversión de la URT europea también parece peligrosa debido al plutonio. Al separar el combustible nuclear para reprocesar el uranio, se acumula plutonio. Sin embargo, el Tratado de No Proliferación Nuclear prohíbe acumular reservas de plutonio separado.
En Francia esa cuestión no se plantea porque el plutonio se utiliza como materia prima para fabricar combustible “mox”. No es el caso de otros países europeos.