Como ya anunciamos en una entrada anterior, Hezbolah transmitió un mensaje de advertencia a Estados Unidos e Israel a través de Francia: intervendrían en la guerra si se producir un ataque a Gaza.
Ayer supimos la respuesta. El presidente israelí, Isaac Herzog, afirmó que su país “no quiere una confrontación en su frontera norte, ni con nadie”, en referencia a una posible guerra abierta con Hezbolah, mientras que los intercambios de artillería en la frontera sur desde el 7 de octubre han hecho temer una escalada en la guerra entre Israel y la resistencia palestina.
Herzog hizo esas declaraciones durante una rueda de prensa conjunta con su homólogo francés, Emmanuel Macron. Además, como buen macarra de discoteca, se permitió la chulería de amenazar a todos los libaneses: “Si Hezbolah nos arrastra a una guerra, será Líbano quien pague el precio”.
El presidente israelí añadió que su ejército “se concentra actualmente en eliminar la infraestructura de Hamás y recuperar a los rehenes” de la resistencia palestina.
Por su parte, Macron subrayó que París ya había “enviado varios mensajes a Hezbolah para advertirle de que no se implicara en la guerra de Gaza”.
Los mensajes fueron transmitidos al gobierno libanés por el nuevo embajador de Francia en Beirut, Hervé Magro, y en particular por la ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, durante su visita relámpago a Beirut del lunes.
Macron estuvo el martes en Tel Aviv para una visita de apoyo a Israel.