El FBI presentó el atestado el mes pasado en Los Ángeles. Según la investigación, cuatro fascistas estadounidenses de RAM (Rise Above Movement), el fundador Robert Rundo así como Robert Boman, Tyler Laube y Aaron Eason, atacaron y agredieron violentamente a manifestantes que participaban en marchas contra el racismo en Estados Unidos, incluyenda la de Charlottesville del año pasado.
Los fascistas, dice el FBI, utilizaban internet para coordinar el entrenamiento de combate en preparación de agresiones y para reclutar miembros para eventos futuros.
Los informes judiciales describen a RAM como un “grupo extremista de supremacía blanca”, mientras que a sí mismos se definían como “un grupo activista, dispuesto a luchar, un nuevo movimiento nacionalista de supremacía blanca y de identidad blanca”.
La investigación presta especial atención a los viajes más recientes de Rundo, en particular a Europa a principios de este año, cuando estuvo en Alemania, Ucrania e Italia “para reunirse con miembros de grupos extremistas europeos de la supremacía blanca”, como Olena Semenyaka, jefa del Departamento Internacional del Cuerpo Nacional, un partido político ucraniano que se formó en 2016 como una rama del Batallón Azov.
El FBI detalla en el atestado la reunión de Rundo con Semenyaka y afirma que “el Batallón Azov es una unidad paramilitar de la Guardia Nacional ucraniana conocida por su asociación con la ideología neonazi y su uso del simbolismo nazi”. Luego añade que dicho Batallón “participó en la formación y radicalización de organizaciones de la supremacía blanca con sede en Estados Unidos”, como RAM.
En otras palabras, el gobierno de Estados Unidos reconoce ante los tribunales que el Batallón Azov está adiestrando grupos racistas violentos en Estados Unidos, lo que devuelve la pelota al tejado porque el gobierno de Estados Unidos ha fomentado directamente el crecimiento del Batallón Azov, es decir, que Estados Unidos está padeciendo las consecuencias de su propia política de apoyo a Ucrania y al fascismo internacional, un fenómeno que corre paralelo al del yihadismo.
La capacidad del Batallón Azov para formar grupos racistas en Estados Unidos atestigua su importancia en los círculos fascistas que están proliferando por todo el mundo.
Originalmente el Batallón Azov surge como un grupo paramilitar de nazis ucranianos vinculados al Partido Nacional Socialista y luego se incorpora al Ministerio del Interior como parte de la Guardia Nacional.
El fundador del grupo, Andrey Bilitsky, es actualmente miembro del Parlamento ucraniano. Bilitsky dijo una vez que “la misión histórica de nuestra nación en este momento crítico es dirigir a las razas blancas del mundo en una cruzada final para su supervivencia”.
A través del gobierno ucraniano, Estados Unidos ha entregado cientos de millones de dólares al Batallón Azov en “asistencia técnica, programática y de seguridad”, con la excusa de la “agresión rusa”. Al menos desde 2015 se ha documentado varias veces la cooperación entre el ejército estadounidense y el Batallón Azov.
En 2015 un miembro del Batallón Azov habló al Daily Beast sobre la experiencia de su batallón con entrenadores y voluntarios estadounidenses, incluso mencionando a los ingenieros y médicos estadounidenses que les seguían ayudando.
La cooperación con los neonazis ucranianos desató una protesta en Estados Unidos. Obama rechazó los esfuerzos del Congreso para limitar las armas, el entrenamiento y la asistencia al Batallón Azov, que no fue prohibida hasta principios de este año.
Tras la prohibición, Estados Unidos ha encargado a Israel que siga entregando armas al Batallón.
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