La Comisión Europea ha dado luz verde al uso de larvas de gusanos de la harina en los alimentos con la aprobación del Reglamento ejecutivo 2025/89. A partir de mañana se podrán encontrar legalmente en el pan, los productos horneados y una gran cantidad de alimentos.
Lo que durante siglos se ha combatido como una plaga que daña los cereales, de repente se supone que mejora la dieta. La Comisión Europea presenta las larvas de gusano de la harina como una fuente sostenible de proteínas, mientras los críticos advierten de los riesgos para la salud, en particular a las personas con alergias. Para estos últimos, la reclasificación de las plagas como alimentos marca un peligroso cambio de paradigma.
Las nuevas materias primas pueden provocar reacciones alérgicas graves. Aunque el etiquetado obligatorio prevé advertencias específicas, su implementación efectiva sigue siendo incierta. Los consumidores tendrán que extremar la vigilancia, no sólo con el pan y los productos de panadería, sino también con la pasta, el queso, los productos de la patata y las compotas de frutas y verduras, que ahora pueden contener larvas de gusano trituradas.
Bruselas vende la moto como una “innovación”, aunque lo que antes se consideraba como una plaga, ahora se convirte en una materia prima alimentaria bajo el disfraz de la sostenibilidad.
En los grandes medios de comunicación los gusanos de la harina ya son elogiados como “sostenibles y nutritivos”. Sin embargo, recientemente una empresa sueca de fabricación de harina de larvas de gusano se declaró en quiebra debido a la falta de clientes dispuestos a consumirla.
En el futuro, los consumidores tendrán que examinar las listas de ingredientes con cuidado. No sólo hay que consultar previamente al médico o al farmacéutico, sino también al nutricionista y el panadero para saber si sus productos están libres de gusanos o no.
El siguiente paso será hurtarnos la información relativa a la composición de los productos. Ya verán.