Estados Unidos se retira de Oriente Medio como se ha retirado de Europa. En el primer caso, Israel no lo admite, como tampoco lo admite Bruselas en el segundo. Los Estados árabes también quedan a su suerte, como los de la Unión Europea. Estados Unidos se mantendrá en un segundo plano.
El martes en El Cairo la Liga Árabe aprobó un plan egipcio para reconstruir Gaza. El núcleo consiste en desalojar a Hamas de Gaza, reemplazándolo por órganos provisionales controlados por Estados árabes, musulmanes y occidentales: “No habrá grandes fondos internacionales para la rehabilitación y reconstrucción de Gaza si Hamas sigue siendo el elemento político dominante y armado sobre el terreno, controlando el gobierno local”.
La reconstrucción se calcula entre 20.000 y 53.000 millones de dólares. La mitad de la población será reubicada en siete zonas seguras mientras comienzan los trabajos. Durante los primeros seis meses, se espera que el gobierno sea asumido por un comité de 20 “técnicos” no afiliados a ningún partido político, actuando en el marco de la Autoridad Palestina.
Entonces deberían celebrarse elecciones, por primera vez en dos décadas. La policía palestina debería contar con el apoyo de policías egipcios y jordanos.
Estados Unidos ha dejado Palestina en manos de la Liga Árabe, pero se reservado la aprobación del plan. El encargado de presentárselo a Trump es el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman.
El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, ha comentado: “Juntos debemos aplicar este plan. Juntos, la Unión Europea, sus socios en el mundo árabe y la comunidad internacional. En tiempos difíciles debemos contar con socios y amigos predecibles y fiables. Los recientes acontecimientos en Oriente Próximo han hecho que la Liga Árabe y sus miembros sean más pertinentes que nunca para la Unión Europea. Nuestro apoyo a la Autoridad Palestina sigue siendo inquebrantable. La Unión Europea apoya el programa de reforma de la Autoridad Palestina. Esto desempeñará un papel crucial en el gobierno de Gaza”.