Detener el tránsito de gas ucraniano hacia Europa tendrá graves repercusiones para la Unión Europea, afirmó el primer ministro eslovaco, Robert Fico. El operador eslovaco de transporte de gas Eustream confirmó ayer la interrupción del suministro de gas natural a la frontera entre Eslovaquia y Ucrania.
El Ministerio de Economía eslovaco había dicho que se había preparado de antemano para el cierre del tránsito llenando las instalaciones de almacenamiento con gas adicional y diversificando su cartera de contratos de suministro de energía.
Hoy en día, el único gasoducto con gas ruso que queda a los europeos es el Balkan Stream, abastecido a su vez por el Turkish Stream. Suministra más de 14.000 millones de metros cúbicos al año a Rumanía, Grecia, Macedonia del Norte, Serbia, Bosnia y Herzegovina y Hungría.
El contrato de tránsito de gas ruso entre Ucrania y Rusia se firmó en 2019 por cinco años con opción a prórroga por otros diez. Un contrato que Kiev no quiso prorrogar más allá del 31 de diciembre de 2024.
Fico, que realizó una visita de trabajo a Rusia el 22 de diciembre, ha manifestado su interés por continuar con los suministros de gas desde Rusia. Ha instado abiertamente a los dirigentes de la Unión Europea a prestar atención urgente a la decisión de Ucrania de cortar el tránsito de gas, prediciendo un rápido aumento de los precios y una pérdida acumulada para la Unión Europea de 120.000 millones de euros en 2025-2026, si se interrumpen los suministros desde Rusia.
Fico también afirmó que Eslovaquia podría tomar represalias contra Ucrania y cortar el suministro eléctrico a Kiev.