Gracias a la OMS los laboratorios farmacéuticos se frotan las manos, especialmente la empresa danesa Bavarian Nordic, que fabrica la única vacuna aprobada por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) contra la mpox.
La vacuna se vende bajo los nombres comerciales Jynneos, Imvamune e Imvanex.
Nada más anunciar la pandemia, la empresa dijo el jueves que aumentará su capacidad de producción hasta 10 millones de dosis de aquí a 2025 para satisfacer una demanda creciente de vacunas.
Inmediatamente después sus acciones subieron un 17 por cien en la Bolsa de Copenhague. En total, en lo que va de año la cotización de la empresa ha subido un 36 por cien porque, en efecto, es la OMS la que mueve los índices bursátiles de las farmacéuticas. Los asesores recomiendan seguir comprando acciones de Bavarian Nordic porque 10 millones de vacunas no son nada. Tendrán que fabricar muchas más.
Como suele ocurrir con estos chachullos, el problema es quién paga el precio de las vacunas, que ronda los 100 dólares por dosis y actualmente en los países occidentales no hay una gran demanda de este tipo de vacunas. Su clientela está an África, donde no hay un céntimo para pagar estos dispendios.
Hay que recurrir a la caridad, a las ONG, las fundaciones y los experimentos gratuitos. La Autoridad para la Respuesta Sanitaria de Emergencia (ARSE) de la Unión Europea ya ha encargado 175.400 dosis para donarlas a los africanos y seguir haciendo experimentos.
Para aumentar las ventas, el viernes la farmacéutica pidió a la Agencia Europea de Medicamentos la realización de otro experimento con el fin de ampliar de su uso a los adolescentes a partir de los 12 años.
Es la segunda vez en dos años que la OMS declara esta alerta sanitaria internacional. Se había levantado en mayo del año pasado porque era demasiado precipitado.
Desde enero de 2022 se han registrado menos de 40.000 casos de mpox en 16 países, con 1.456 muertes. Durante el mismo período, varios millones de africanos murieron por desnutrición y enfermedades menores por falta de atención. Cada día mueren de hambre y causas asociadas 25.000 personas, es decir, casi 10 millones al año.
El hambre es la verdadera pandemia que los epidemiólogos intentan ocultar.