En Siria las costuras empiezan a ceder. El lunes Erdogan advirtió contra la división territorial de Siria y dijo que estaba dispuesto, en caso de “riesgo”, a tomar “las medidas necesarias”. “No podemos permitir que Siria se divida bajo ninguna circunstancia y si vemos el más mínimo riesgo tomaremos rápidamente las medidas necesarias”, declaró, añadiendo: “Tenemos los medios”.
La amenaza está dirigida contra los kurdos, y en particular contra sus valedores, Estados Unidos, que apoya a las FDS. “No hay lugar para el terrorismo y quienes apoyan el terrorismo serán enterrados con sus armas”, insistió el presidente turco. “Si el riesgo se hace evidente, podemos intervenir de repente, de la noche a la mañana”, amenazó, utilizando una de sus fórmulas recurrentes. “Tenemos la fuerza”.
Durante el fin de semana duros combates enfrentaron a las facciones turcomanas contra los kurdos, dejando un saldo letal de al menos cien muertos.
El gobierno de Ankara considera al PKK/YPG como una organización terrorista.
El ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, había estimado anteriormente que “la eliminación del PKK/YPG es sólo una cuestión de tiempo”, planteando la posibilidad de que el movimiento se una al gobierno sirio y deponga las armas. Pero, advirtió, “si [Occidente] tiene objetivos divergentes, utilizando al Califato Islámico como pretexto para fortalecer al PKK, eso no sucederá”.