Esta mañana se han producido graves altercados entre la policía y los trabajadores de una fábrica de Zhengzhou, la capital de la provincia china de Henan. Las protestas se iniciaron en la planta de iPhone de Foxconn, cuando más de 100.000 trabajadores fueron encerrados en sus fábricas por el confinamiento y la política de “cero covid” del gobierno.
Los trabajadores fueron recluidos en las viviendas que hay en el propio lugar de trabajo durante varias semanas, para que la producción no se detuviera. La fábrica es parte de un enorme polígono industrial, apodado “Ciudad del iPhone”, que suele emplear a unos 200.000 trabajadores, la mayoría de los cuales vive en el interior del propio recinto.
China persigue una política aberrante de “cero covid”, que implica confinamientos estrictos, cuarentenas para los que den positivo en las pruebas de PCR, que se realizan casi diariamente, lo que provoca un creciente descontento entre la población.
Algunos grupos, como los estudiantes y los trabajadores, se ven confinados en los campus o en los centros de trabajo durante varias semanas seguidas, sin posibilidad de salir o moverse libremente.
Los vídeos que circulan por las redes sociales muestran las cabinas de pruebas de “covid” destruidas y un vehículo volcado. En otras imágenes se ve a cientos de personas vestidas con buzos blancos de pie en una carretera cerca de las viviendas de la fábrica.
En un vídeo transmitido en directo por la noche, decenas de trabajadores gritan “¡Defendamos nuestros derechos!” frente a filas de policías y un vehículo policial con las luces encendidas.
Otro vídeo muestra a los trabajadores disparando extintores en dirección a la policía. Una imagen diurna muestra los restos carbonizados de una puerta, aparentemente quemada durante la noche.
También hay vídeos que muestran varios camiones de bomberos y policías con monos blancos.
La empresa ha confirmado la violencia desatada en su fábrica. Decidió confinar el polígono industrial, con los trabajadores dentro, pero cientos de ellos lograron huir a pie. Para mantener la planta en marcha, la empresa ha ofrecido grandes primas a los trabajadores que quedan en el interior y trató de contratar a otros nuevos.
Foxconn es la mayor fábrica privada de China, con más de un millón de empleados en todo el país en unas 30 fábricas e institutos de investigación. Ensambla productos electrónicos para muchas marcas internacionales y es el principal subcontratista de Apple.
El monopolio estadounidense, cuyo producto estrella es el iPhone, admitió a principios de noviembre que el cierre de la planta de Zhengzhou había afectado a la producción de la fábrica, un golpe importante antes de la temporada de ventas navideñas.
Muchos no comprendimos hasta que la plandemia fue evolucionando que en China también se habían los capitalistas infiltrado en las cabinas de mando, al menos en algunas de ellas. Por eso lograron usar a su población como campo de pruebas para las bárbaras restricciones seudosanitarias.
Allá por el 2.018 hablé con el director de una sucursal que una empresa española había montado en China, y me dijo: «La clave para entender a China es que 1.600 millones de personas hacen lo que diga el Gobierno» .
En Occidente hemos mantenido durante demasiado tiempo la imagen del chinito tontito (*1) de «Desayuno con Diamantes» (Breakfast at Tiffanys). Incluso en España tenemos la despectiva expresión «Me han engañado como a un chino».
Las élites sicópatas posiblemente han pensado algo parecido del pueblo chino: que eran tontines que obedecían sin más, y que podían hacer con ellos las pruebas de lo que nos iban a exportar a continuación a nosotros los occidentales, mucho más listos y dignos que los chinorris.
Pero es muy posible que estas élites sicópatas, desde su racismo, no hayan captado la realidad del pueblo chino.
China estuvo invadida por 3 países desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Casi un siglo de dominación y humillaciones. Y el pueblo chino es un pueblo orgulloso y con memoria. Es para evitar volver a ser pisados que los chinos consideran que necesitan actuar con unidad, y de ahí viene su entrega a todo tipo de actuación conjunta.
Pero los chinos no son imbéciles. Aceptarán esfuerzos, sacrificios y obedeceran, pero no ciegamente ni para siempre, porque tienen una conciencia de nación que ya la quisiéramos en destartalados países como España, y, por sumisos que hayan sido, tienen muchas más posibilidades que nosotros de ver el engaño a tiempo y despertar.
Y creo que, si China despierta, la ola pudiera propagarse al mundo entero y volverse incontrolable para las élites sicópatas. Ojalá ocurra y logremos que estos desgraciados que han planificado esta matanza acaben ahorcados, tal como merecen.
(*1) https://www.youtube.com/watch?v=Hb3gdUrIC4Q