El Servicio Federal de Seguridad ruso añade que los programas de espionaje y la forma en que las redes se han sido infectadas tienen similitudes con casos anteriores de espionaje informático que se han dado en Rusia y otros países. El servicio de inteligencia no dice de quién sospecha que esté detrás de los ataques.
“Se han infectado los recursos tecnológicos de información de instituciones gubernamentales, centros de investigación científica y militares, empresas del sector de defensa y otras entidades que participan en infraestructura cruciales”, dicen los espías en un comunicado en su página web.
Los atacantes han diseñado un programa específico y único para cada uno de los objetivos atacados y el comunicado de la inteligencia rusa asegura que se trata de “una operación planeada y ejecutada de forma profesional”. El virus se ha difundido “mediante el envío de correos electrónicos. Tras acceder al sistema, el programa carga los módulos necesarios para interceptar y espiar el tráfico de la red, recoger capturas de pantalla, encender de forma autónoma las cámaras web y micrófonos, grabar archivos de audio y vídeo, y datos sobre las teclas pulsadas en el teclado”, explica el comunicado.
Hace tres años el diario ruso Izvestia anunció que el servicio ruso de inteligencia ha vuelto a utilizar máquinas de escribir para archivar documentos secretos ante el temor a ser víctimas de ataques informáticos.
El Servicio Federal de Protección, encargado de la seguridad del presidente y del gobierno, compró 20 máquinas de escribir con las cuales redacta en papel la información que considera fundamental para la seguridad del país.
Según el diario ruso, también el Ministerio de Defensa y de Protección Civil utiliza máquinas de escribir para evitar mantener información en ordenadores que puedan ser objeto de ataques informáticos.
Nikolai Kovalyov, antiguo jefe del servicio secreto interno, reveló al diario que en determinados sectores donde la información es muy sensible, es común que los documentos secretos para almacenar se escriban a mano.
En Rusia suelen utilizar la máquina de escribir alemana Triumph-Adler Twen 180, las cuales tienen un número de registro, debido a que para los servicios secretos es importante distinguir desde que máquina provienen los documentos.
Asimismo, un portavoz del espionaje ruso, Serguei Devyatov, afirmó que en las conversaciones telefónicas entre los dirigentes de los países, aún utilizan las antiguas conexiones que analógicas a prueba de escuchas.