El dirigente panafricanista Kemi Seba |
El llamamiento fue consecuencia -precisamente- de la visita de uno de esos “harkis”, el Presidente senegalés Macky Sall, a París, donde declaró que el franco CFA era estable que había que conservar. De momento, no había otra moneda mejor, dijo, por lo que se trataba de “fortificar nuestra zona monetaria”.
En una semana Seba ha logrado movilizar a economistas africanos de renombre, como Nicolas Agbohou, para organizar conferencias, y no sólo en los 14 países en los que la moneda francesa sigue en activo, sino en toda la diáspora de emigrantes africanos repartidos por el mundo. Incluso en Canadá ha logrado reunir a muchos partidarios de este movimiento.
Es destacable que no han aparecido por ninguna parte los antiglobalistas, ni todos aquellos que hace unos años gritaban que “otro mundo era posible”, y es que con determinado tipo de movimientos otro mundo es imposible; totalmente imposible.
Próximamente está prevista una reunión central en Bamako, la capital de Mali, para formar una plataforma internacional contra el franco CFA. El objetivo de Seba es, no obstante, el que ya promoviera Gadafi a costa de su vida y la de su país: crear una moneda única de África para África.
La lucha es como cualquier otra: por las buenas o por las malas. Si Francia no admite que su moneda deje de circular, dice Seba, iniciarán una campaña de boicot a las empresas francesas en todos los países que sigan utilizando el franco francés.