El viceministro ruso de Sanidad, Oleg Salagai, viajó a Dinamarca para participar en una reunión de la OMS. Al llegar al aeropuerto Kastrup de Copenhague, le negaron la entrada en el país.
La reacción del vicepresidente de la Duma, Piotr Tolstoi, no ha dejado lugar a dudas: no sólo ataca a Dinamarca sino que, además, pide la salida de la OMS y otros organismos internacionales que intenten bloquear a Rusia.
“Lamentablemente, entre quienes toman decisiones, todavía hay personas que miran con inexplicable esperanza hacia la OMS, el COI, la UNESCO y otras organizaciones internacionales. Es hora de comprender que nuestros enemigos los utilizan hoy para demostrar diariamente su actitud hacia Rusia. Se trata de instituciones controladas políticamente por Occidente, cuya participación hoy sólo debilita a nuestro país. Con nuestra presencia sólo legitimamos las absurdas acusaciones y ataques contra Rusia. Tenemos que salir de allí y deshacernos del legado de los años 90”, ha propuesto Tolstoi.
Las organizaciones internacionales ya no son tales, es decir, ya no garantizan una relación horizontal entre Estados soberanos iguales, sino que se han convertido, y singularmente la OMS, en juntas de gobierno que aseguran una jerarquía entre una dirección de toma las decisiones y los estados satélites, obligados a cumplirlas.
Dinamarca es uno de los perros falderos de la OTAN más comprometidos en meter presión a Rusia. Acaba de anunciar una importante ayuda a Ucrania, la duodécima desde el inicio de la guerra, esta vez por un importe aproximado de 833 millones de dólares, para la compra de tanques y vehículos blindados.
La ONU, el sistema de Bretton Woods y la OMC pierden su credibilidad
Las mayores organizaciones internacionales están viviendo una verdadera crisis. Durante una reunión del G77+China, el Presidente brasileño Lula da Silva, atacó el “gobierno mundial asimétrico”, la ONU, el sistema de Bretton Woods y la OMC, que están “perdiendo credibilidad”, dijo.
“La gobernanza mundial sigue siendo asimétrica. Las Naciones Unidas, el sistema de Bretton Woods y la OMC están perdiendo credibilidad”. Las instituciones internacionales tradicionales no tienen en cuenta la nueva correlación de fuerzas y los intereses de los países en desarrollo y, por tanto, están perdiendo peso, dijo Lula durante su discurso en la cumbre del G77 que se celebra en Cuba.
“No podemos dividirnos”, subrayó Lula. Las oligarquías mundiales deben reconocer el desequilibrio y tomar medidas para garantizar que se tengan en cuenta los intereses de “los países de ingresos bajos y medios y otros grupos menos protegidos”.
Para el Jefe de Estado brasileño, la “revolución digital” y la “transición energética” son “dos grandes transformaciones en marcha” que “no pueden ser moldeadas por un puñado de economías ricas, reeditando la relación de dependencia entre el centro y la periferia”.
En La Habana se ha celebrado la cumbre del G77+China, formada por un centenar de países de Asia, África y América Latina que representan el 80 por cien de la población mundial.
El Grupo, creado en 1964 por 77 países, ahora incluye 134 naciones. China participa como actor externo.