El terrorismo de Estado está desbocado en Gran Bretaña

La semana pasada la policía increpó al periodista Mike Segalov por grabar un incidente en un parque. Rompiendo las reglas de distanciamiento social, la policía le rodeó para intimidarle, gritándole que se fuera a su casa. “Tú, el de azul, vete a casa”, le gritan, seguido de declaraciones asegurando que el periodista estaba “matando gente” (1).

Está lejos de ser un incidente aislado y resulta bastante inquietante, aunque no sorprendente. Impera la ley marcial. A un padre le impidieron jugar con sus hijos en el propio patio de su casa.

A otro le patearon la puerta después de que sus vecinos denunciaran un incidente, cuya exactitud nunca se ha confirmado.

La policía ha difundido imágenes tomadas por sus drones en las que se ve a personas paseando sus perros por el campo, a kilómetros de distancia de otras personas. Sin embargo, la policía considera que infringen la ley, aunque el Ministerio de Interior lo ha desmentido: no hay ninguna ley que impida ir al campo para hacer ejercicio.

Pero quien está en la calle no es el ministro sino el policía de turno, que es quien realmente impone su ley.

El Jefe de Policía de Northhamptonshire ha dicho que próximamente sus esbirros empezarán a registrar los bolsos de la gente para asegurarse de que sólo compran artículos esenciales. Afortunadamente se produjo una importante reacción de protesta que le obligó a recular rápidamente.

Es la ley marcial, el terrorismo y el despotismo de Estado, un pulso para saber hasta qué punto la población es capaz de soportar una humillación detrás de otra.

Lord Sumption, antiguo magistrado del Tribunal Supremo lo ha calificado como “un deslizamiento histérico hacia el estado policial” y una “reacción irracional motivada por el miedo”.

En España el Ministerio de Defensa va a comenzar la Operación Zendal: 750 militares recorrerán las ciudades para hacer el test del coronavirus en miles de domicilios (2) porque la sanidad es un asunto de competencia militar.

Se ha impuesto, pues, el miedo y, por lo tanto, cabe esperar lo peor.

El problema no es el virus. La policía no es inmune al pánico ni a la histeria. Los discursos políticos, las imbecilidades de los expertos y el tono de la prensa han creado una atmósfera turbia que es el peor peligro de la pandemia.

(1) pic.twitter.com/BKXSXbE6Gm
(2) https://elpueblodeceuta.es/art/47239/750-militares-recorreran-espana-para-hacer-el-test-del-coronavirus-en-miles-de-domicilios

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