Con el pretexto de restringir las emisiones procedentes de combustibles fósiles, los imperialistas han disuadido a las empresas petroleras de invertir en la extracción de nuevos yacimientos. Mientras los monopolios de la energía se ven presionados para reducir la producción, la demanda mundial sigue en aumento.
Sin un aumento significativo de la inversión, la demanda de petróleo y gas superará a la oferta en un futuro no muy lejano. Este desajuste podría provocar carestía y subir el precio del petróleo hasta los 100 dólares el barril.
La subinversión crónica en nuevos yacimientos de petróleo desde la crisis de 2015 llevará a un pico en la producción mundial de petróleo antes de lo esperado, pero no por un agotamiento de las reservas, como dicen algunos, sino por motivos seudoecológicos, ligados a los planes de descarbonización. El petróleo sigue ahí, pero las políticas seudoecologistas están desincentivando su extracción.
En contra de algunas predicciones publicadas a principios del año pasado de que el consumo mundial de petróleo nunca volvería a los niveles anteriores a los confinamientos, la demanda está ahora a sólo unos meses de alcanzar y superar esos máximos. El nuevo récord medio anual establecerá el próximo año.
La OPEP espera, además, que la demanda mundial de petróleo siga creciendo hasta mediados de la década de 2030 para alcanzar los 108 millones de barriles diarios (bpd), tras lo cual se espera que se estanque hasta 2045, según las últimas perspectivas anuales del cártel. Otros analistas prevén un pico de demanda a finales de esta década.
Sin embargo, la inversión en nuevas fuentes de suministro va muy por detrás del crecimiento de la demanda mundial de petróleo. El año pasado las nuevas inversiones cayeron a su nivel más bajo en una década y media. El año pasado, la inversión mundial en exploración y producción cayó a 350.000 millones de dólares, su nivel más bajo en 15 años, según las estimaciones de Wood Mackenzie.
Tampoco se espera que la inversión aumente significativamente este año, a pesar de que el petróleo está a 80 dólares. Esto se debe a la política de cero emisiones netas.
Según la OPEP, la industria petrolera tendrá que realizar enormes inversiones en los próximos 25 años para satisfacer la demanda. El sector necesitará una inversión acumulada a largo plazo en las fases previas, intermedias y posteriores de 11,8 billones de dólares para 2045.
El desfase entre una demanda creciente y una oferta que va con retraso provocará el aumento de los precios del petróleo a niveles de 100 dólares el barril. Patrick Pouyanné, director general de la francesa TotalEnergies, declaró este mes en el foro Energy Intelligence que los precios del petróleo se dispararían de aquí a 2030 si la industria dejara de invertir en nuevos suministros, como sugieren algunos escenarios que prevén una producción neta nula para 2050. “Si dejamos de invertir en 2020, dejamos todos estos recursos en el suelo… y entonces el precio se disparará. E incluso en los países desarrollados, eso será un gran problema”, dijo Pouyanné.
Francisco Blanch, jefe mundial de investigación de materias primas y derivados del Bank of America, también predice que el petróleo alcanzará los 100 dólares en septiembre del año que viene, o incluso antes si este invierno es mucho más frío de lo esperado.
Un barril de crudo a precios por encima de los 100 dólares significa inflación y reducción drástica de los salarios reales de los trabajadores.
Dice la noticia que «los imperialistas han disuadido a las empresas petroleras de invertir en la extracción de nuevos yacimientos.»
Los imperialistas disuaden a las multinacionales??? Pero no son las multinacionales las que dominan el mundo?
La realidad es que invierten menos porque el petróleo fácil de extraer escasea y lo que queda sin explotar ES POCO RENTABLE.
Es una pregunta interesante y la respuesta es que no son las multinacionales las que “dominan el mundo”, ni las petroleras ni las farmacéuticas, por más influencia que tengan (que la tienen). Lo que están haciendo ahora mismo las petroleras es explotar yacimientos preexistentes, no buscar otros y empezar a perforar en ellos, que es a lo que se refiere el texto cuando habla de “nuevas inversiones”.
Yo tampoco lo veo nada claro. En mi opinión Carlos Marx, en su análisis de la sociedad capitalista, adjudica el control de la sociedad a una clase social, la capitalista. Los estados burgueses serían la organización de las instituciones creadas para ejercer la dominación mediante determinadas políticas. Las multinacionales serían organizaciones económicas, que en grado creciente, van socializando el trabajo en régimen de explotación capitalista y que están destinadas a producir la apropiación de las ganancias por parte de los propietarios privados de las mismas. Está claro que no todos los estados burgueses tienen carácter imperialista, pues muchos estados satélites, como el de España, se limitan a seguir las políticas que logran imponer otras potencias ( lo hemos visto claramente con las políticas «sanitarias» ). También está claro, que ni ellos mismos se ponen de acuerdo en las políticas a seguir, pues les afectan de manera dispar a ellos mismos, lo hemos visto claramente con los desafortunados accidentes aéreos del heredero de Dassault y del mayor multimillonario de la República Checa.
Yo conduzco todos los días para ir a mercamadrid, y lo que he observado es que hay menos tráfico el viernes, seguramente debido a la sustitución de la semana de 5 días por la de 4 + esto para el lunes de los trabajadores de cuello blanco. Las políticas en torno al petróleo desde hace tiempo tienen un carácter estratégico de disminución del consumo y ahora se empiezan a comprender ( plásticos, diesel, confinamiento, renovables ) y huelen a retirada de oriente medio.
EEUU ha pedido a la OPEP un aumento de la producción, y no le han hecho caso. La OPEP lo único que hace es ajustar la producción a la demanda solvente y repartir las cuotas.
En mi opinión lo que hace aguas es el mismo sistema de producción capitalista, bien por la mera bancarrota de los productores, por falta de demanda solvente y ruptura del ciclo Capital-Mercancía-Capital, bien por falta del estímulo del beneficio, debido a la ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia.
Se produce menos, y cada vez hay más población parasitaria, bien porque es rentista, bien porque es arrojada de la producción al paro forzoso. El sistema tiene problemas para contrarestar la baja tendencial de la tasa de ganancia aumentando el plustrabajo, porque la crisis del 2008 ya dejó muy normalizadas las jornadas de 12 horas, y porque occidente es ya incapaz de una guerra imperialista por motivos demográficos, industriales y tecnológicos.
El consumo de petróleo sigue más o menos estable, lo que sucede es que la producción global ha menguado, y ello implica que dentro del reparto de la renta, aunque en términos absolutos sigue más o menos estable, en términos relativos, ocupa una porción mucho mayor, y esto se manifiesta mediante inflación, exáctamente igual que en la crisis de superproducción capitalista de 1973.
Si en la crisis de superproducción capitalista del 2008 no hubo una inflación acusada, fue porque la bajada de sueldos del proletariado fue la que adjudicó el nuevo reparto de la renta y permitió salir más o menos airosa a la pequeña burguesía y a la clase obrera acomodada.
A mi juicio, la política que están intentando llevar a cabo los estados burgueses imperialistas consiste en la reducción de la renta para compensar la baja tendencial de la tasa de ganancia mediante la eliminación de años de vida ( gerontocidio, vacunación bajo coacción y/o obligatoria ) y la imposición de modos de vida más austeros a quienes todavía pueden pagarse ciertos lujos ( viajes, restaurantes, etc ). Lo que está claro es que el confinamiento, les ha servido para contener momentáneamente el cataclisma económico que estalló hacia verano del 2019, y que cuando han abierto la mano un poco, se les ha vuelto a escapar de control la economía.