La actución del ejército israelí en Gaza es lo más parecido a un perro rabioso. El viernes mató a tres rehenes a tiros cuando estaban sin camisa y uno de ellos ondeaba una bandera blanca en señal de rendición.
Dos rehenes murieron inmediatamente, el tercero, herido, gritó pidiendo ayuda en hebreo antes de ser tiroteado.
Los tres rehenes fueron identificados como Yotam Haim, de 28 años, Alon Shamriz, de 26, y Samer Talalka, de 25.
Dos días antes, el ejército sionista había visto un edificio cercano con las palabras “SOS” y “¡Ayuda!” escritas en sus paredes. Creyeron que era una trampa y no se pararon a esperar o a preguntar.
La directora ejecutiva de Dawn, Sarah Leah Whitson, escribe: “Miles (sí, miles) de palestinos han descrito que Israel dispara contra personas desarmadas que no representan ninguna amenaza, pero la gente sólo lo cree cuando les sucede a los israelíes. Escribimos un informe hace unos años ‘específicamente’ sobre Israel disparando a personas en Gaza que ondeaban banderas blancas”.
B’Tselem, el centro de información israelí para los derechos humanos en los territorios ocupados, manifiesta: “El derecho internacional humanitario (y los principios morales básicos) prohíben disparar a cualquiera que se rinda y lleve una bandera blanca, sea combatiente o no, cualquiera que sea su nacionalidad o religión”.
Owen Jones, columnista del Guardian, también escribe: “Tres rehenes israelíes obviamente desarmados, sin camisa, gritando en hebreo y ondeando una bandera blanca fueron asesinados a tiros por tropas israelíes. Los civiles palestinos no tienen ninguna posibilidad”.
Hasta los peores intoxicadores se echan las manos a la cabeza. Los sionistas les están arruinando el discurso que habían preparado tan pacientemente. No esconden su perplejidad, sobre todo cuando asesinan a sus colegas. La cifra pronto llegará a 100. En dos meses los sionistas han asesinado en Gaza a más periodistas que en todas las guerras juntas que ha conocido la humanidad.
Los familiares de los rehenes israelíes ya no le tienen miedo a Hamas, sino a sus propias tropas. El viernes por la noche cientos de ellos se manifestaron frente al Ministerio de Defensa israelí en Tel Aviv.
Un francotirador del ejército sionista mata a dos mujeres refugiadas en una iglesia
Al día siguiente, el sábado, un francotirador del ejército sionista mató a tiros a dos mujeres dentro de la Parroquia de la Sagrada Familia en Gaza, según el Patriarcado Latino de Jerusalén, que supervisa las iglesias católicas en Chipre, Jordania, Israel, Gaza y Cisjordania.
La mayoría de las familias cristianas en Gaza han encontrado refugio dentro de la parroquia desde el inicio de la guerra, dijo el Patriarcado en un comunicado.
Las dos mujeres, descritas como madre e hija, se dirigían a pie hacia el convento de las hermanas, dice el Patriarcado. “Una murió mientras intentaba transportar a la otra a un lugar seguro”, añade.
Pero en Gaza no hay nadie seguro. Otras siete personas también resultaron heridas de bala en el ataque.
“No se dio ninguna advertencia, no se proporcionó ninguna notificación”, continúa el comunicado. “Fueron fusilados a sangre fría dentro del recinto parroquial, donde no había beligerantes”.
El patriarcado asegura que los tanques del ejército israelí también atacaron el convento de las Hermanas de la Madre Teresa, que alberga a 54 personas con discapacidad y es parte del recinto de la iglesia.
También quedaron destruidos el generador del edificio, su única fuente actual de electricidad, así como sus recursos de combustible, paneles solares y tanques de agua.
Los obuses israelíes hicieron que el convento fuera “inhabitable”, concluye el comunicado.