El 18 de noviembre Ronen Bar, el jefe del Shin Bet en Israel, se reunió con los jefes del MIT, el servicio de inteligencia turco.
Una semana después Mark Rutte, secretario general de la OTAN, se reúne con Erdogan.
Al dia siguiente los yihadistas reunidos por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), apoyados por los servicios de inteligencia turcos, desatan un ataque fulminante contra Alepo.
La ofensiva rentista yihadista comenzó en Idlib. Allí se refugiaron decenas de miles de yihadistas, según la estrategia conjunta de Damasco, Moscú y Teherán de 2020, cuyo fracaso se demuestra ahora. Turquía tuvo que aceptar el plan a regañadientes. Los yihadistas son mercenarios que cruzaron la frontera desde Turquía: uigures, uzbekos, tayikos, ucranianos e incluso miembros del Califato Islámico.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Esmail Baghaei, confirmó a principios de esta semana que la ofensiva yihadista está siendo coordinada por Estados Unidos e Israel.
Baghaei no mencionó a Turquía, e incluso señaló que el ataque terrorista se produjo inmediatamente después de que Israel acordara un alto el fuego con Hezbollah y después de que Netanyahu acusara públicamente a Bashar Al Assad de “jugar con fuego” al permitir el tránsito de misiles y equipos militares iraníes a través de Siria hacia Hezbollah.
Justo antes del alto el fuego, Tel Aviv destruyó prácticamente todas las líneas de comunicación entre Siria y Líbano. Posteriormente, Netanyahu subrayó que la atención debe centrarse ahora en “la amenaza iraní”, esencial para romper el Eje de Resistencia.
Según una fuente de los servicios especiales sirios, los asesores ucranianos desempeñaron un papel clave en la captura de Alepo, proporcionando drones, sistemas de navegación por satélite estadounidenses y equipos de guerra electrónica, así como entrenando a colaboradores sirios y agentes del Turkestán Islámico.
Las comunicaciones del ejército regular quedaron completamente bloqueadas por los sistemas de guerra electrónica. Los grupos de asalto y los drones estaban equipados con dispositivos GPS cifrados y hacían un uso extensivo de la inteligencia artificial, de modo que el uso y la navegación de los drones de ataque y los drones kamikazes viene de lejos.
El sistema se puso en marcha hace varios meses. Kiev tiene un trato claro con los yihadistas: drones a cambio de mercenarios para la guerra contra Rusia.
Erdogan vuelve a sentarse en el banquillo
El papel de Turquía en la ofensiva yihadista de Idlib no puede ser más oscuro. El fin de semana pasado, el ministro de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, antiguo jefe de la inteligencia, negó la participación de su país. Fuera de la esfera de la OTAN, nadie se lo cree. Ningún yihadista en el noroeste de Siria puede encender una cerilla sin el permiso de los servicios de inteligencia turcos, porque es Ankara quien los financia y arma.
La posición oficial de Turquía es apoyar a los yihadistas, mientras deplora vagamente la ofensiva en Idlib. Es una estrategia clásica. Sin embargo, la conclusión lógica es que Ankara puede haber enterrado el proceso de Astaná, traicionando a Rusia e Irán.
Hasta ahora Erdogan y Hakan Fidan no han logrado explicar cómo Estados Unidos/Israel pudieron montar una operación tan sofisticada con yihadistas a sueldo sin que Turquía lo supiera.
De facto se ha abierto un nuevo frente contra Irán. La estrategia de “divide y vencerás” de Estados Unidos e Israel probablemente destruirá por completo el acuerdo de 2020 entre Teherán y Ankara, y los recursos rusos, principalmente aeroespaciales, tendrán que ser desviados de Ucrania para apoyar a Damasco.
Desde hace años Ankara se desvive por controlar Alepo, incluso indirectamente, por estabilizar la ciudad para los negocios, en beneficio de las empresas turcas y también para permitir el regreso de un gran número de refugiados, relativamente ricos, que actualmente viven en Turquía. Al mismo tiempo, la ocupación de Alepo es también un proyecto estadounidense para socavar el Eje de Resistencia en beneficio de Tel Aviv.
Erdogan, ahora socio de Brics, está una vez más en el banquillo. Peor aún: se encuentra frente a dos miembros clave de los Brics. Moscú y Teherán esperan muchas explicaciones detalladas.
Erdogan tomó la iniciativa de llamar a Putin, introduciendo un nuevo factor: las relaciones económicas entre Rusia y Turquía. Tras las sanciones contra Rusia, Turquía se convirtió en el puente clave y privilegiado entre Moscú y Occidente. Además, las inversiones rusas en Turquía son sustanciales: gas, energía nuclear, importaciones de productos alimenticios. Los dos actores siempre han abordado la Guerra de Siria en relación con la economía.
Las bandas yihadistas son el juguete favorito de Occidente
Puede que HTS, el antiguo Frente Al Nosra, no sea estrictamente el Califato Islámico. Es, más bien, un Califato Islámico turco. El comandante Abu Mohammed Al Julani, su emir, abandonó todas las variantes de Al Qaeda y del Califato Islámico para formar HTS. Está a la cabeza de un grupo de yihadistas a sueldo, la mayoría de los cuales proceden de regiones del corazón de Europa. Es uno de los favoritos del MIT turco y, como tal, un favorito de la OTAN e Israel.
La CIA y el Pentágono, cada uno con su propia red, han armado a 21 de las 28 milicias sirias yihadistas, organizadas por el MIT turco en una especie de ejército mercenario en Idlib.
El analista sirio Kevork Almassian asegura que antiguos dirigentes israelíes han admitido haber proporcionado a HTS fondos, armas, municiones e incluso tratamiento médico en Idlib.
El antiguo coronel del ejército israelí, Mordejai Kedar, ha admitido abiertamente su apoyo a los “rebeldes” para “eliminar el triángulo formado por Hezbollah, Irán y Assad”. Los “rebeldes”, dijo, incluso expresaron su deseo de “abrir embajadas israelíes en Damasco y Beirut”.
HTS es la última encarnación de uno de los juguetes favoritos del Occidente colectivo, los “rebeldes moderados” de Obama y Hillary, cuya lealtad es casi 100 por cien hacia Ankara. Odian a los chiítas y alauitas y dirigen una vasta red de prisiones.
Fueron los yihadistas de HTS quienes forzaron la rendición total de Alepo, sin luchar, y se filmaron frente a la legendaria ciudadela. De 2012 a 2016, solo unas pocas docenas de soldados del ejército regular lograron defender con éxito la ciudadela, incluso cuando estaba completamente rodeada.
Desde el inicio de la guerra en 2011, Damasco nunca ha sufrido una derrota tan devastadora como la caída de Alepo. Irak experimentó algo trágicamente similar con la caída de Mosul en 2014. La mayoría de los sirios se opone al acuerdo de 2020 entre Rusia, Turquía e Irán, que impidió la liberación de Idlib, un error estratégico importante.
Pero la cosa empeora, porque el problema en realidad se remonta a 2018, cuando los turcos ni siquiera estaban en Afrin y la liberación de Hama/Idlib se interrumpió en favor de la liberación de los barrios de Damasco. Desde allí decenas de miles de yihadistas se trasladaron a Idlib.
En 2020 ya era demasiado tarde: Idlib estaba defendida por el ejército turco.
El ejército sirio es un desastre
En cuanto al ejército sirio, en Idlib ha demostrado que es un verdadero desastre. No ha modernizado sus defensas, ni ha integrado el uso de drones, ni ha preparado defensa táctica contra drones kamizake FPV y drones de observación, ni ha prestado atención a los espías extranjeros. No es de extrañar que los yihadistas a sueldo no encontraran resistencia a la hora de capturar la mayor parte de Alepo en 48 horas.
Después del acuerdo de 2020, Irán y las fuerzas proiraníes abandonaron Siria, especialmente en las provincias de Alepo e Idlib. La defensa de estas zonas se encargó al ejército sirio. En cuanto a las empresas rusas, que ya no querían ser sancionadas por ir en contra del bloqueo occidental contra Damasco, fueron desairadas por los clanes, tribus y familias locales.
Hacía meses que era evidente que HTS estaba preparando una ofensiva. Se enviaron advertencias a Damasco, pero los sirios confiaban en el acuerdo con Turquía y en el restablecimiento de las relaciones con los países árabes. Fue un grave error.
A Rusia esto le permite extraer al menos dos lecciones importantes. De ahora en adelante, pase lo que pase, Moscú tendrá que disciplinar las redes sirias perversas y corruptas para contribuir a la defensa de la soberanía del país. Además, lo ocurrido en Idlib demuestra que la guerra contra los nazis ucranianos tendrá que llegar hasta el río Dniester y no detenerse en las fronteras del Donbas.
En Oriente Medio las guerras siguen a las carreteras
Hasta ahora los grupos yihadistas agrupados en HTS y no están cometiendo demasiados errores. Están tratando de bloquear todas las carreteras que conducen a Alepo para alejar los combates lo más posible de la ciudad y así tener tiempo de conquistarla por completo.
En Oriente Medio las guerras son cuestión de carreteras, ya sea con caballos en el desierto o con Toyotas. Las minas son raras y el barro no existe, a diferencia de Ucrania. Por lo tanto, la guerra evoluciona constantemente, y siempre por carretera. HTS ya utiliza la autopista M4 desde Idlib y está avanzando en tramos de la crucial autopista M5, que conecta Alepo con Damasco.
Mientras tanto, se están poniendo en marcha los elementos de una contraofensiva. Desde Irak, decenas de miles de milicias chiítas, yazidíes y cristianas de Hezbollah Kataib, la brigada Fatemiyoun y las Hashd Al Shaabi (las Unidades de Movilización Popular, muy experimentadas en la lucha contra el Califato Islámico) han entrado en Siria por el al noreste a través del punto fronterizo de Al Bukamal.
La 25 División/Fuerzas Tigre del comandante Suhail Al Hassan, las mejores del ejército sirio, están en movimiento junto con las milicias tribales.
Siria es un centro de conectividad absolutamente esencial, que recuerda a la antigua Ruta de la Seda. Si el combo Estados Unidos/Israel logra su eterno sueño de un cambio de régimen en Damasco, bloqueará el crucial punto de tránsito de Irán hacia el Mediterráneo oriental.
Además, Qatar podría verse obligado a construir un gasoducto para transportar gas natural a Europa a través de Siria, una de las estratagemas de Brzezinski para sustituir el gas natural ruso.
La táctica no es nueva: intentar crear una distracción centrándose en Siria, presionando a Moscú y aliviando la presión sobre Ucrania, justo antes de firmar el vínculo estratégico mundial entre Rusia e Irán.
Sin embargo, Estados Unidos puede enfrentar factores agravantes. Arabia saudí, que demostró apoyar el terrorismo al principio de la guerra contra Siria, cambió su política después de que Rusia se involucrara en 2015. Ahora Riad también es un socio de los Brics, que todavía sigue hambriento. Arabia saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos, en particular, apoyan a Assad contra los secuaces de HTS.
Siria es absolutamente crucial para la estrategia general de Rusia en Oriente Medio y África. Damasco es un vínculo esencial entre Rusia y África, donde Moscú despliega de facto todo su poder internacional.
Rusia e Irán, miembros de los Brics, no tienen otra opción: deben remediar, por todos los medios necesarios, la incompetencia demostrada por Damasco y el ejército sirio, para poder mantener su acceso al Mediterráneo oriental, a Líbano, a Irak y más allá. Eso implica una maniobra muy delicada: Rusia debe retirar activos clave de la batalla del Donbas para preservar una Siria relativamente soberana.
El ejército ruso sólo dejó a 120 hombres en Alepo
Actualmente, el ejército sirio parece haber establecido una línea de defensa aún frágil en las aldeas del norte de Hama. El legendario general Javad Ghaffari, antiguo número dos del general Soleimani, especialista en todos los sectores de la guerra contra el terrorismo, llegó desde Irán para echar una mano. En 2020 quería llegar hasta Idlib y por eso Assad exigió su salida. Damasco optó por congelar la guerra. Hoy la situación es completamente diferente.
Los yihadistas a sueldo de la OTAN no tienen ninguna defensa aérea. Ahora están siendo atacados casi continuamente por aviones de combate rusos y sirios.
La situación en Alepo es dramática. Las bandas terroristas encabezadas por HTS controlan casi toda la zona, y los pocos sectores que se salvaron de la invasión están bloqueados. También están progresando en el frente de Alepo-Raqqa, igual que los kurdos, respaldados por Estados Unidos, lo que significa un progreso de la OTAN. En el desierto todo está extrañamente tranquilo.
El ejército ruso tenía sólo 120 hombres en Alepo. Los que sobrevivieron se han ido. ¿Qué le espera a Rusia? El mejor escenario posible a medio plazo sería centrarse en Latakia, adiestrar a los soldados sirios a luchar al estilo ruso y enseñarles a liberar a su propio país.
El primer paso será medir las desastrosas consecuencias de haber ofrecido refugio a decenas de miles de terroristas en Idlib en 2020. El siguiente será comprender plenamente que si Moscú negocia una especie de Minsk-3 con la OTAN –que es esencialmente lo que Trump propugna– Kiev se convertirá en un Idlib 2.0 y los nazis ucranianos garantizarán la creación de una nueva Alepo dentro de Rusia.
El ataque a Idlib es parte de una operación compleja e interconectada -con el caos desplegado como herramienta preferida- destinada a poner patas arriba a Oriente Medio y literalmente inflamarla.
Pepe Escobar https://strategic-culture.su/news/2024/12/04/the-syria-riddle-how-it-may-turn-into-the-first-brics-war/