El nuevo negocio de la ‘medicina a distancia’

La mayor parte del exceso de mortalidad habido durante la pandemia ha sido consecuencia del confinamiento. No sólo han matado a los ancianos en los asilos, sino también a los convalecientes en sus domicilios. Se trataba de enfermos crónicos abandonados a su suerte.

El reguero de cadáveres ha abierto un nuevo filón de negocios: la “medicina a distancia”, que extrae beneficios del seguimiento remoto de los enfermos mediante plataformas que gestionan sus datos médicos de forma continua. Ya tiene nombre: lo llaman RPM (“Remote Patient Monitoring”). La nueva “atención médica” es como Amazon comparado con las viejas tiendas de ultramarinos.

La medicina, que siempre ha sido un gasto, ahora se convierte en una inversión lucrativa. A principios del año pasado apareció Medwand en el mercado, un equipo de artilugios médicos conectados para la teleconsulta. Luego le tocó el turno a 100Plus, una nueva empresa emergente dedicada a la “medicina a distancia” que, menos “medicina”, se puede llamar de cualquier manera. Es el primer paso para acabar con la atención médica tal y como se ha practicado desde siempre, la medicina de verdad, la única que existe.

Comienza la era de la “medicina virtual”. En lugar de llevar a los enfermos al médico, se lleva el “médico” a la vivienda. El domicilio de un enfermo se convierte en una clínica con un tensiómetro, un saturómetro para medir los niveles de oxígeno, una báscula, un termómetro o un medidor de azúcar en sangre. Los objetos conectados están programados para informar, mediante herramientas de “inteligencia artificial”, al enfermo y al médico cuando los indicadores superan un cierto rango.

100Plus acaba de ser valorada en 150 millones. Su fundador es un antiguo empresario del mercado de historiales médicos informatizados, aunque su inversor más conocido es el doctor Oz, una estrella de la televisión médica estadounidense. El “show” está por todas partes y el negocio también. La “nueva medicina” ha pasado de las revistas especializadas a las de economía, bolsas y finanzas.

En Estados Unidos los enfermos crónicos generan más del 95 por ciento de los costes de la principal aseguradora pública, Medicare. En 2019 el gobierno decidió reembolsar los servicios de seguimiento a distancia, así como a los médicos que revisan las transmisiones. El asegurado de Medicare no paga nada. Como las condiciones para beneficiarse de la atención se han ampliado desde la pandemia, el mercado se estima en 30.000 millones de dólares.

Medicare paga entre 700 y 2.100 dólares por paciente y año por los servicios de 100Plus, así como 615 dólares por paciente para cubrir los dispositivos médicos. De esta cantidad, la eempresa deduce el coste de sus propios servicios de los honorarios de los profesionales. Sin moverse, el médico gana 720 dólares al año por cada enfermo.

Después de 13 meses de actividad, 100Plus tiene 7 millones de dólares en ingresos y acceso a 100.000 profesionales a través de asociaciones de distribución con AthenaHealth, una aseguradora, AdvancedMd, una plataforma de gestión de consultas, y DrChrono, un suministrador de historiales médicos informatizados. Entre los clientes se encuentran las consultas médicas estadounidenses que son demasiado pequeñas para permitirse el seguimiento a distancia.

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