Aunque los hechos no han trascendido hasta ahora, el pasado día 16 de enero un senegalés detenido en la Comisaría de Delicias, en Valladiolid, denunció que un policía le arrojó encima seis garrafas de agua a través de los barrotes de la celda. El Juzgado de Instrucción número 2 de la capital pucelana «investiga» los hechos (o al menos eso es lo que dice).
Los sindicatos de la policía han reaccionado como siempre: cerrando filas al estilo corporativista, o sea, fascista. Luego se quejan de que siempre metemos a toda la policía en el mismo saco. Dicen que en la policía, como en todas partes, hay buenos y malos, pero según ellos, los policías siempre son buenos y por eso salen en defensa de su colega. En un comunicado el Sindicato Unificado de Policía y la Confederación Española de Policía aseguran que los hechos no son constitutivos de delito.
Pero veamos, señores policías: ¿por qué se meten Ustedes en camisa de once varas? Si tirar seis garrafas de agua encima de un detenido es o no delito, eso le corresponde decidirlo a un juez, para lo cual primero tendrá que ponerse a investigar y a Ustedes les pagan para ayudarle en esa tarea. Lo que Ustedes nos quieren decir es que si no hay delito no hay nada que investigar, o sea, que Ustedes disponen de alguna ciencia infusa que, de antemano, les lleva a investigar unas cosas, mientras que otras las dejan de lado. ¿Acaso se consideran Ustedes juez y parte?, ¿creen que el más capacitado para juzgar a un policía es otro policía o que el más capacitado para juzgar a un corrupto es otro corrupto?
En su comunicado los mencionados sindicatos muestran su «total y absoluto apoyo» a la actuación del policía, a la que habría que calificar -incluso- de «higiénica» ya que, en palabras de Jorge Morante, responsable provincial del SUP, se limitó «a limpiar con agua la celda después de que el detenido hiciera en ella sus necesidades».
El sindicalista no aclara si la limpieza de la celda se hizo con el negro dentro o fuera de la celda, es decir, si el policía se dispuso a limpiar ambas cosas a la vez, o si sólo trataba de limpiarle el culo al sucio negro, o si le mojó por descuido mientras se afanaba en pasar la fregona a la celda, o si… Hay varias hipótesis.
La escena que ha quedado grabada por las cámaras de seguridad de la comisaría debe ser maravillosa: ¿se imaginan Ustedes a un policía limpiando la cagada de un negro dentro del calabozo?, ¿le imaginan llenando el cubo de agua, añadiéndole luego un poco de lejía, echando ambientador con olor a pino y pasando la fregona a las baldosas?
Cuando los hechos han trascendido, el subdelegado del Gobierno en Valladolid, José Antonio Martínez Bermejo, ha apelado a la presunción de inocencia y a la prudencia hasta que las investigaciones queden esclarecidas. El subdelegado también ha aprovechado los micrófonos para asegurar que se trata de algo aislado.
En efecto, tiene razón el subdelegado; es un hecho muy aislado. Nunca hubiéramos imaginado a un policía limpiando la cagada de un negro en el calabozo, salvo que los recortes presupuestarios estén alcanzando tales extremos.
Estamos impacientes por ver las grabaciones de vídeo.