El discurso sobre el Estado de la Unión de este año de Ursula von der Leyen no ha sido una sorpresa. Fue su característica mezcla de promesas vacías, jerga tecnocrática y posturas morales hipócritas. En otras palabras, más de lo mismo.
El discurso estuvo repleto de palabras como libertad, paz, prosperidad e independencia, incluso mientras la Unión Europea sigue aplicando políticas que las socavan todas, impulsando la guerra y la militarización, reprimiendo la libertad de expresión, saboteando las economías europeas con políticas energéticas y comerciales autodestructivas, y subordinando aún más el continente a los planes estratégicos de Washington.
Como cabía esperar, Von der Leyen inició su discurso hablando de Rusia, su principal obsesión. “Europa está en plena batalla, una lucha por la paz en todo un continente […] una lucha por nuestro futuro”, declaró, anunciando un nuevo “Semestre Europeo de Defensa” y una “hoja de ruta clara” para la guerra para 2030, a la vez que enfatizó el firme compromiso del bloque con la OTAN.
Anunció que los europeos deben prepararse para un futuro marcado por la militarización permanente, incluyendo un “muro de drones” a lo largo del flanco oriental y vigilancia espacial en tiempo real para que “ningún movimiento de fuerzas pase desapercibido”.
También prometió un programa de “Ventaja Militar Cualitativa” para Ucrania y una “Alianza de Drones” con Kiev, financiada por un controvertido “Préstamo de Reparaciones” garantizado con las ganancias de los activos rusos robados.
Los genocidas
Después se refirió a Israel y Gaza. A pesar de la abrumadora evidencia de atrocidades, la Unión Europea no ha suspendido ningún acuerdo comercial o de cooperación con Israel, y mucho menos ha impuesto sanciones. El contraste con su respuesta a la invasión rusa de Ucrania no podría ser más sorprendente.
En un intento por preservar su credibilidad, Von der Leyen anunció que la Comisión suspendería su apoyo bilateral a Israel y propuso sanciones contra “ministros extremistas” y “colonos violentos”, así como una suspensión parcial del Acuerdo de Asociación.
Al centrarse únicamente en actores de bajo nivel y proponer medidas que requerían la aprobación unánime de los Estados miembros —algo prácticamente imposible—, no fue más que una cortina de humo para proteger su sólida alianza con Israel.
Los candidatos
La agenda de ampliación volvió a estar en el centro del debate. “Ucrania, Moldavia, los Balcanes occidentales: su futuro está en nuestra Unión”, declaró, subrayando el implacable afán expansionista de la Unión Europea.
En el ámbito económico, el discurso se convirtió en una fantasía. Von der Leyen prometió un Fondo Europeo de Scaleup para empresas emergentes, gigafactorías de inteligencia artificial, un programa de refuerzo de baterías y una ley sobre aceleradores industriales; todo ello, según ella, con el objetivo de convertir a la Unión Europea en puntera en tecnología e inteligencia artificial.
El discurso del año pasado estuvo repleto de promesas similares, casi ninguna de las cuales se cumplió.
Los rusos
Al abordar uno de los principales problemas que afectan a la industria y los hogares europeos —los altos precios de la energía—, Von der Leyen sorprendentemente afirmó que estos se debían a la “dependencia de los combustibles fósiles rusos”, y no a la decisión de la Unión Europea de renunciar al gas ruso asequible y sustituirlo por gas licuado estadounidense, mucho más caro.
Luego agravó la distorsión al afirmar que “Europa está en el camino hacia la independencia energética”, cuando en realidad, el continente simplemente ha cambiado la proximidad por la distancia, volviéndose aún más dependiente de las importaciones de proveedores lejanos y expuesto a la volatilidad de los mercados mundiales.
Los automóviles
La Presidenta de la Comisión Europea provocó carcajadas al proclamar que “el futuro de los automóviles, y los automóviles del futuro, deben fabricarse en Europa”, una consigna hueco que sonaba absurdo en el contexto de la profunda crisis que enfrenta la industria automovilística europea, en gran medida debido a la asfixiante regulación de la Unión Europea.
Incluso defendió el reciente acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos como “el mejor acuerdo posible”.
El discurso alcanzó un punto álgido de surrealismo cuando presentó una “estrategia europea contra la pobreza” para “ayudar a erradicarla para 2050”, a pesar de que las tasas de pobreza en la Unión Europea han aumentado desde que asumió el cargo en 2019, en particular debido a las sanciones y las políticas energéticas que la propia Bruselas ha defendido.
El ‘escudo democrático europeo’
Pero el punto más preocupante del discurso de Ursula von der Leyen fue la mención de “nuevas herramientas” para hacer cumplir el Estado de Derecho y combatir la “manipulación de la información” y la “desinformación”.
Para ello, reafirmó la necesidad de un “escudo democrático europeo” y un “centro europeo para la resiliencia democrática” para contrarrestar la “propaganda peligrosa”, anunciando nuevos ataques a la libertad de expresión y la criminalización de la disidencia, al tiempo que anunció nuevas campañas de propaganda patrocinadas por la Unión Europea bajo el lema “apoyo al periodismo independiente y la alfabetización mediática”.
En suma, el discurso sobre el Estado de la Unión de Von der Leyen fue menos una hoja de ruta para el futuro de Europa que un catálogo de fracasos convertidos en triunfos. Como de costumbre, atribuyó los problemas de Europa a enemigos externos: Rusia, China, la desinformación…
Al abogar por una centralización aún mayor, incluyendo el fin de la unanimidad en áreas políticas clave, Von der Leyen manifestó su intención de redoblar esfuerzos en las mismas políticas que han debilitado a Europa.
Lo que propuso no fue renovación, sino continuidad: una Unión cada vez más militarizada, dependiente y autoritaria. Ursula von der Leyen anuncia que los europeos deben prepararse para un futuro marcado por la militarización permanente. Una hoja de ruta hacia el fascismo y la represión en la Unión Europea.
Thomas Fazi https://www.thomasfazi.com/p/ursula-von-der-leyen-promises-more
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