En el estudio más grande hasta la fecha sobre muertes por miocarditis relacionadas con la vacunación contra el COVID-19, los investigadores encontraron que 100 personas en Inglaterra murieron de miocarditis poco después de recibir la inoculación.
El estudio, publicado el 22 de agosto en la revista Circulation de la American Heart Association, encontró que más de la mitad (51) de las muertes ocurrieron entre 1 y 28 días después de recibir una dosis de la vacuna AstraZeneca y poco menos de la mitad (49) de las muertes ocurrió dentro de 1 a 28 días después de una dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech.
Investigaciones anteriores han subrayado el riesgo de miocarditis fatal asociado con la tecnología de ARNm utilizada en las cuatro vacunas autorizadas en España: Pfizer, Moderna, Janssen y Astrazeneca. Este estudio mostró que la tecnología utilizada en la vacuna de AstraZeneca presenta también un riesgo similar.
La tecnología utilizada en las vacunas de vectores virales de AstraZeneca y Janssen hace que las células produzcan la proteína de pico, pero de una manera diferente a las inyecciones de ARNm.
La tecnología utiliza un virus familiar, el adenovirus, que es una causa común de infecciones respiratorias. El ADN en el adenovirus se modifica de modo que cuando ingresa a la célula huésped, hace que la propia maquinaria de la célula produzca la proteína de punta.
El adenovirus también está modificado para que no pueda replicarse a sí mismo, razón por la cual se denomina vacuna de vector adenoviral recombinante de replicación defectuosa.
El estudio
El equipo de 14 investigadores, dirigido por Martina Patone, científica de datos y estadística médica de la Universidad de Oxford, analizó datos de personas mayores de 13 años que fueron vacunadas contra el COVID-19 en Inglaterra entre el 1 de diciembre de 2020 y el 15 de diciembre de 2021.
Los autores evaluaron la asociación entre la vacunación y la miocarditis para diferentes grupos de edad y sexo mediante el seguimiento de los ingresos hospitalarios y las muertes por miocarditis por edad y sexo, y también en relación con cuántas dosis de vacuna recibió la persona.
En Inglaterra, las tres vacunas contra el COVID-19 que se administraban a las personas en ese momento eran las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca.
Aproximadamente 20 millones de personas recibieron la vacuna AstraZeneca, 20 millones recibieron la vacuna Pfizer y poco más de 1 millón recibieron la vacuna Moderna.
Durante el período del estudio, 345 pacientes fueron admitidos en el hospital por miocarditis entre 1 y 28 días después de recibir una vacuna contra la COVID-19, dijeron los autores.
Entre los ingresados en el hospital por miocarditis que recibieron recientemente la vacuna AstraZeneca, los investigadores contaron 40 muertes por miocarditis entre 1 y 28 días después de la primera dosis y 11 muertes por miocarditis entre 1 y 28 días después de la segunda dosis.
Para aquellos que recibieron la vacuna de Pfizer, 22 personas murieron de miocarditis dentro de los 1 a 28 días de recibir su primera dosis, 14 murieron de miocarditis dentro de los 1 a 28 días de recibir una segunda dosis y 13 murieron de miocarditis en el mismo período tras recibir una tercera dosis.
Los investigadores no informaron casos de miocarditis fatal entre los que recibieron recientemente la vacuna Moderna.
Sin embargo, cuando utilizaron métodos estadísticos para estimar una «tasa de incidencia» para describir con qué frecuencia las personas reportaron miocarditis después de la vacunación, encontraron un mayor riesgo de desarrollar miocarditis después de los tres tipos de vacunas, especialmente después de una segunda dosis de la vacuna Moderna.
Después de una segunda dosis de la vacuna Moderna, dijeron, el mayor índice de riesgo de desarrollar miocarditis fue del 95%.
Los hombres menores de 40 años, como grupo, mostraron un mayor riesgo de miocarditis después de los tres tipos de vacunas.
El equipo dijo que sus hallazgos permitirán «una discusión informada sobre el riesgo de miocarditis asociada a la vacuna».
Si bien este estudio es importante porque presenta la serie más grande publicada de casos fatales de miocarditis y los vinculó con las vacunas COVID-19 de ARNm y adenovirus, una de sus conclusiones es «engañosa».
Conclusiones engañosas
En el estudio, el equipo de Patone intentó comparar el riesgo de contraer miocarditis debido a la vacunación con el riesgo de contraer miocarditis debido a una infección por SARS, y concluyó que una infección por SARS-CoV-2 presentaba un mayor riesgo de miocarditis en comparación con el riesgo asociado con una Vacuna para el COVID-19.
Concluyeron que, en general, el “riesgo de hospitalización o muerte por miocarditis fue mayor después de la infección por SARS-CoV-2 que después de la vacunación”, lo cuál ha sido una conclusión descartada en reiteradas ocasiones en estudios precedentes.
Una investigación a principios de la década de 1990 mostró que era posible que los coronavirus provocaran miocarditis, y eso conllevó el inicio de estudios sobre el SARS-CoV-2 en 2020, orientados a si existía asociación entre COVID-19 y miocarditis.
Entonces, un equipo de 20 investigadores realizó un estudio en 2021 de 1,597 atletas examinados para detectar miocarditis que tenían una infección por COVID-19. Publicaron sus hallazgos en la Journal of the American Medical Association (JAMA), mostrando que la infección por COVID-19 tenía una asociación insignificante con la miocarditis, con menos del 3% de los atletas con esta enfermedad, y lo que es más relevante, ningún informe de hospitalizaciones o muertes por miocarditis.
Los autores del estudio JAMA dijeron que “en este estudio de cohorte de 1597 atletas competitivos de Estados Unidos con infección por COVID-19, 37 atletas (2,3 %) fueron diagnosticados con miocarditis clínica y subclínica”, lo que convierte en la práctica esta asociación (COVID-miocarditis) en insignificante.
Por el contrario, sabemos por los propios datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) que la miocarditis está asociada con la vacunación contra la COVID-19. El recuento de casos de Estados Unidos que los CDC están confirmando al 2 de septiembre de 2022 es de 8.812 casos de miocarditis o pericarditis, lo cuál es una cifra enorme en comparación con los años anteriores, donde no se había administrado la vacuna.
Fuente: American Hearth Asociation