El gobierno de Tel Aviv ha nombrado a Aharon Barak, antiguo presidente del Tribunal Supremo de Israel, para formar parte del equipo de jueces que decidirá sobre la querella de Sudáfrica por el genocidio de Gaza en un juicio ante el Tribunal Internacional de Justicia que comenzará mañana.
Además de los quince jueces permanentes del Tribunal Internacional de Justicia con sede en La Haya, cada una de las partes litigantes puede designar un juez que participe en las deliberaciones. Las decisiones se toman por mayoría.
Según el canal israelí Canal 12, el nombramiento de Barak para el Tribunal fue aprobado personalmente por Netanyahu. Ambos aparecen juntos en la foto de portada. Le envía para encubrir los crímenes que comete Israel contra los palestinos en Gaza.
El juez tiene 87 años y es un colono típico nacido en Lituania. Sus padres se establecieron en Palestina bajo el mandato británico en 1947, un año antes de la “nakba” que dio lugar a la creación del Estado de Israel.
Entre 1975 y 1978 ejerció como Fiscal General del Estado de Israel y luego pasó tres décadas como juez del Tribunal Suprema, donde llegó a alcanzar la presidencia. Sus sentencias son un modelo de apartheid y discriminación hacia los palestinos.
En 2004 el Tribunal Internacional de Justicia emitió una opinión consultiva dictaminando que el muro de separación de Israel en la ocupada Cisjordania era ilegal. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Israel, del que formaba parte Barak, se negó a pronunciarse sobre su legalidad.
En cambio, el Tribunal Supremo rechazó la construcción de pequeñas partes del muro en ciertas áreas, aunque posteriormente aprobó la gran mayoría de su construcción.
Casi veinte años después, el muro todavía atraviesa tierras y propiedades palestinas, a pesar de la decisión del Tribunal Internacional de Justicia.
El Tribunal Supremo israelí tampoco puso nunca ningún obstáculo legal a los asentamientos israelíes ilegales construidos en los territorios palestinos ocupados, que son contrarios al derecho internacional.
Las sentencias del Tribunal Supremo israelí siempre sirvieron de cobertura para que los soldados no pudieran ser enjuiciados ante el Tribunal Penal Internacional por sus crímenes.
Barak nunca ha ocultado su opinión favorable a la guerra en Gaza. “Puede ser proporcional matar a cinco niños inocentes para atacar a su dirigente”, dijo al Globe and Mail en noviembre. También justificó el corte del suministro de combustible a la Franja, argumentando que podría haber sido utilizado por la resistencia palestina.
“Estoy completamente de acuerdo con lo que está haciendo el gobierno”, dijo, refiriéndose a la forma en que el ejército israelí bombardea a la población civil de Gaza indiscriminadamente. El número de palestinos muertos desde que estalló la guerra el 7 de octubre supera los 23.000 sólo en el enclave.
En una querella de 84 páginas, Sudáfrica afirma que las atrocidades de Israel en Gaza son “de naturaleza genocida porque tienen como objetivo provocar la destrucción de una parte sustancial del grupo nacional, racial y étnico palestino”.
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