Tras la Segunda Guerra Mundial, los países europeos guardaron sus reservas de oro en el Banco de Inglaterra. Tras el brexit, la devolución de aquellos lingotes que -supuestamente- siguen en las cámaras acorazadas de Londres afectaría “poderosamente” al futuro de Europa, ha dicho el Primer Ministro Boris Johnson en tono de amenaza. Puede tener un impacto político muy grave a ambos lados del Canal de la Mancha. Londres permitiría la salida del oro sólo si logra condiciones favorables en las negociaciones para salir de la Unión Europea.
Las exigencias de Rusia de pagar en rublos o en oro todos sus exportaciones también pueden conducir a un conflicto entre Reino Unido y la Unión Europea, que probablemente desemboque en el primer enfrentamiento interno de la OTAN.
Es posible que, por encargo de Estados Unidos, el gobierno de Londres quiera presionar a la Unión Europea, pero es también es posible que no pueda devolver el oro porque se lo ha gastado total o parcialmente. Es probable que, si las negociaciones del brexit no avanzan, los Estados miembros de la Unión Europea, individual o colectivamente, exijan una auditoría detallada de las reservas de oro que hay en la caja fuerte del Banco de Inglaterra.
Eso lleva mucho tiempo, lo cual es una excusa perfecta para retrasar las negociaciones del brexit, mientras las reservas siguen bajo el control exclusivo de Londres, no de Bruselas.
Si los países de la Unión Europea exigen la repatriación inmediata de -al menos- una parte de sus reservas de oro, y si lo hacen simultáneamente, pueden crearle muchos problemas al gobierno británico, que daría largas al asunto, mientras negocia condiciones favorables al brexit.
Siguiendo con las conjeturas, si Reino Unido paga a Rusia con oro, la Unión Europea pensaría que lo está haciendo con sus reservas.
El caso de Venezuela ha sido un aviso para navegantes y en Bruselas están con la mosca detrás de la oreja. Alemania es otro ejemplo. Tuvo que esperar cinco años para repatriar una parte de su oro y nunca recuperó ninguno de los lingotes de oro depositados originalmente.
Si en el Banco de Inglaterra aún queda algún lingote de oro, habrá peleas para repartírselo porque en el mundo hay muchos que tienen certificados de depósito en oro, pero no hay oro suficiente para todos ellos. Lo llaman el “oro de papel”, que es algo parecido al dinero fiduciario.
Hay más papeles de oro que lingotes porque los bancos depositarios se los han gastado, o los han empeñado. No se saben las proporciones exactas porque todo es secreto, pero sólo hay un ligote por cada 100 certificados. Naturalmente, la pelea será por el lingote real, no por los papeles. Los dueños de los papeles perderán buena parte de su oro, si no todo él.
Los bancos centrales occidentales han utilizado los certificados de oro para controlar los precios de las materias primas y proteger la cotización de sus divisas, simulando que no se han devaluado (*).
Los países europeos se pelearán con los británicos por el oro y también se pelearán entre ellos por cada gramo que quede en los cofres de Londres. La Reserva Federal de Estados Unidos se pondrá del lado del Banco de Inglaterra, porque tiene el mismo problema: nunca han sido auditadas y hay más papeles que lingores de oro físico.
Gran Bretaña y sus jefes de Estados Unidos tienen la sarten por el mango y dan la bienvenida a todo lo que sean problemas para la Unión Europea. Es la única manera de que secunden sus provocaciones hacia Rusia.
(*) https://www.gata.org/node/8303
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