El gabinete de guerra israelí decide esta tarde el ataque contra Líbano

El 13 de abril Irán envió cientos de drones y misiles contra Israel por primera vez en su historia, en respuesta al ataque a su consulado en Siria. Israel había prometido responder con firmeza, Estados Unidos había hecho todo lo posible para garantizar que la respuesta fuera mesurada para evitar una conflagración regional y luego Irán calmó las cosas para no alimentar la escalada.

Pero Israel es como esas personas capaces de enemistarse con quienes tiene alrededor. Ayer comentamos que se están preparando para atacar Líbano. Por la noche se produjo un oscuro ataque contra Majdel Shams, una ciudad drusa en el Golán ocupado, que dejó al menos 12 muertos. Israel lo atribuye a Hezbollah y promete venganza.

La escalada está servida y veremos si en Estados Unidos son capacecs de contener la guerra en medio del desbarajuste electoral. Israel tiene que responder, pero hay que comprobar la magnitud de la respuesta. Por fin está Hezbollah que, lo mismo que Estados Unidos, tampoco quiere la guerra.

La guerra, pues, depende de Israel.

Hezbollah ha negado su intervención en el bombardeo de un campo de fútbol en una ciudad drusa –considerada “leal” a su aliado, el gobierno de Bashar Al Assad– en el Golán anexionado por Israel.

Por las redes sociales de Oriente Medio circulan desde anoche muchas hipótesis. Hezbollah lleva varias semanas atacando periódicamente el Golán ocupado. Se atribuyó un ataque, casi al mismo tiempo, contra la base de Maale Golani, bastante cerca de Majdel Shams. ¿Podría haber cometido un error de cálculo? Hace tiempo que se viene denunciando que eso era posible, pero Hezbollah ha llevado a cabo más de dos mil ataques desde el 8 de octubre y ha mostrado mucha precisión.

El misil Falaq utilizado por Hezbollah contra Maale Golani es uno de los más sofisticados que posee la milicia.

El espionaje estadounidenses, por su parte, no tiene ninguna duda de que Hezbollah es responsable del ataque, pero no están seguros de que no fallara la puntería.

Otros atribuyen el bombardeo a un misil de la defensa antiaérea israelí y también hay quien denuncia que se trata de una provocación israelí que les serviría de pretexto para desencadenar una guerra a gran escala en Líbano.

Algunos interpretan que Israel quiere sembrar la discordia entre chiítas y drusos, para debilitar las simpatías de los libaneses hacia Hezbollah. El dirigente druso Walid Jumblatt parece estar de acuerdo con este punto de vista, al estimar que Israel busca “desde hace mucho tiempo desencadenar discordia [confesional] y fragmentar la región”.

Israel quiere hacer retroceder a Hezbollah sin tener que negociar un alto el fuego en Gaza. Quiere doblegar a los libaneses sin necesariamente desencadenar una guerra regional a largo plazo.

El gabinete de guerra israelí se reúne esta tarde para decidir las futuras operaciones en Líbano. Hay que quedar a la espera.

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