En tiempos de duros recortes en educación y sanidad, la «fiesta nacional» sigue recibiendo millones de euros de dinero público procedentes del Estado, los Ayuntamientos, las Comunidades Autónomas y la Unión Europea. A través de la Política Agraria Común, los ganaderos de toros de lidia recibirán unos 470 millones de euros entre el año 2014 y 2020.
Sólo en la Comunidad de Madrid se han presupuestado para este 2015 más de un millón y medio de euros, aparte de los cerca de dos millones que destinan por su parte los distintos ayuntamientos de la región. En Andalucía, una de las Comunidades en la que más festejos taurinos se celebran, la inversión pública en la financiación de la «fiesta nacional» ronda los 20 millones de euros.
Pero la ingente cantidad de dinero público que reciben los capitalistas taurinos, las escuelas de tauromaquia y las plazas de toros no son capaces de revertir lo que ya es una realidad: en todas las modalidades y regiones cae el número de «festejos» taurinos.
El descenso acumulado en los últimos diez años no deja lugar a dudas: el número de «festejos» ha caído un 36,62 por ciento de 2003 a 2013, aunque las estadísticas oficiales del Ministerio de «Cultura» están casi tan manipuladas como las del de Economía.
Unos años incluyen unos datos y otros no. Depende. En 2010 se incluyeron 5.222 nuevos «festejos» que, según las estadísticas oficiales, se celebraron en un mes desconocido.
En los «festejos» menores, entre los que se incluyen los populares, tales como encierros o toros embolados, es donde hay mayor opacidad en las cifras del Ministerio. De un año a otro oscilan por miles. En el año 2010, por ejemplo, aparecen 5.222 nuevos «festejos» taurinos que antes no aparecían o no existían.
El Ministerio parece utilizar las cifras para variar intencionadamente el volumen de «festejos» taurinos de un año a otro y encubrir la bancarrota. Pero la cuantificación de los «festejos» menores resulta irrisoria y apenas disimula que estamos ante el fin de una «fiesta nacional» que está a altura de su nación.