El FBI ha descifrado el móvil del pistolero que intentó matar a Trump

En un comunicado de prensa el FBI ha anunciado que ha pirateado el móvil de Thomas Matthew Crooks, el hombre que intentó asesinar a Trump durante un mitin en Pensilvania. La intrusión tuvo lugar en la sede del FBI en Quantico, Virginia, porque los policías que enviaron al escenario no pudieron desbloquearlo.

Además, los policías que investigan el intento de asesinato han registrado la casa del pistolero, encontrando varios dispositivos electrónicos.

Las policías pueden revisar un teléfono y descargar su contenido con las aplicaciones informáticas que tienen y a través de los repetidores. Es posible rastrear todos los movimientos del tirador, enumerar a las personas con las que entró en contacto y consultar todas sus búsquedas en línea.

Para acceder a los dispositivos electrónicos de la población, el FBI tiene una variedad de herramientas a su disposición, en particular Cellebrite, una aplicación diseñada para desbloquear y extraer datos de los teléfonos.

Forma parte de las herramientas de extracción de dispositivos móviles (MDTF, Mobile Device Forensics Tools). Lo mismo que Pegasus, Cellebrite es una empresa israelí fundada en 1999 que se ha consolidado como uno de los principales actores en el campo de las aplicaciones forenses digitales.

Otra herramienta de extracción de datos es GrayKey, diseñada por la empresa Grayshift. La aplicación desbloquea los iPhone, aunque también funciona en teléfonos Android. Se vende entre 15.000 y 30.000 dólares.

El FBI no es la única institución represiva que se beneficia de este tipo de aplicaciones informáticas. Más de 2.000 aparatos policiales de Estados Unidos tienen acceso a herramientas de extracción de datos privados.

La situación ha cambiado desde el tiroteo de San Bernardino en diciembre de 2015. La masacre, perpetrada por dos individuos, dejó 14 muertos y 22 heridos. Tras el tiroteo, el FBI recuperó el iPhone de Syed Rizwan Farook, uno de los pistoleros. El dispositivo estaba protegido por un código de bloqueo y el FBI no pudo acceder a los datos almacenados en el dispasitivo.

El FBI pidió ayuda a Apple para desbloquear el móvil y la empresa se negó, alegando el derecho a la intimidad y la confidencialidad. El caso llegó a los tribunales. Un juez ordenó a Apple que brindara asistencia técnica al FBI para desbloquear el iPhone. La multinacional impugnó la decisión, diciendo que equivaldría a introducir una puerta trasera en iOS que podría ser explotada por instituciones públicas y piratas informáticos.

Finalmente, en marzo de 2016 el FBI logró desbloquear el móvil sin la ayuda de Apple. La ayuda se la prestó una pequeña empresa llamada Azimuth Security, especializada en apoyar a la policía a penetrar en los móviles.

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