En cuanto los soldados rusos estacionados cerca de la frontera con Ucrania regresaron a sus bases, el ejército ucraniano comenzó a bombardear los territorios de las Repúblicas del Donbas, culpa de la escalada a las milicias que las defienden.
Ayer un coche bomba estalló delante del edificio del gobierno de Donetsk. Los portavoces han asegurado que un jeep estacionado sin nadie adentro había saltado por los aires cerca del edificio del gobierno en el centro de la ciudad.
A primera hora de hoy ambas repúblicas del Donbas han anunciado el estado de movilización general, que impone la activación de todos los reservistas y la transformación de la economía con vistas a una guerra.
La evacuación de la población de Donetsk y Lugansk hacia la región rusa de Rostov ha comenzado. Unos 35.000 residentes de Lugansk ya han salido de la ciudad, mientras el gobierno de Donetsk ha trasladado a Rusia a 6.603 personas, incluidos 2.436 niños.
Las provocaciones ucranianas se han convertido en una constante. El jueves el ejército ucraniano bombardeó el Donbas con artillería pesada, proyectiles de mortero, lanzacohetes, misiles antitanque y lanzagranadas, disparando más de 500 cartuchos en pocas horas. El fuego hirió a un civil y causó daños en varias viviendas e infraestructuras de ambas repúblicas.
En sólo media hora violó el alto el fuego 43 veces y disparó 80 rondas de munición contra el Donbas, repartidas por toda la línea del frente desde el sur hasta el norte.
En Lugansk, el fuego de artillería de 122 milímetros del ejército ucraniano contra la aldea de Nikolayevka dañó cuatro casas y una planta de producción de petróleo.
En Donetsk, los disparos del ejército ucraniano hirieron a un civil en Staromijailovka y dañaron dos viviendas en las afueras de la capital.
Las milicias populares respondieron con un intenso bombardeo de artillería que duró cinco horas, causando bajas entre los soldados ucranianos. Uno de ellos ha fallecido esta mañana. Sucumbió a una herida de metralla, según publica el portal Ukrinform.
El bombardeo formaba parte de una operación de falsa bandera tratando de hacer creer que la milicia popular de Lugansk había disparado contra un jardín de infancia en Novaya Kondachovka, en la zona controlada por Ucrania de la provincia de Lugansk.
Si se analizan las imágenes de la escuela atacada, se observa que los proyectiles cayeron desde el lado occidental. En un vídeo filmado por un vecino de Novaya Kondachovka se pueden escuchar claramente los disparos realizados no muy lejos de donde vive la persona que estaba filmando.
Los soldados ucranianos estaban disparando desde una zona residencial, esperando que las milicias populares no respondieran atacando hacia esa zona.
Por lo demás, el uso de civiles como escudos humanos es un crimen de guerra.
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