El ejército ruso inicia un asalto en la región de Jarkov

El viernes el ejército ruso inició un asalto en la región de Jarkov que no es tan intenso como dice Zelensky, que es un melodramático. Se trata más bien de un reconocimiento avanzado y la mayor parte del daño procede de disparos de armas de fuego de largo alcance y drones. Sin embargo, los rusos han capturado media docena de pequeños asentamientos, en su mayoría abandonados, en el lado ucraniano de la frontera.

El Ministerio de Defensa ruso ni siquiera ha reconocido oficialmente el ataque, lo que significa que pretende restarle importancia por ahora. Es una prueba más de que se trata sólo de un tanteo y la cuestión sigue siendo si el ejército ruso realizará pronto un asalto mucho mayor, o más bien seguirá con una acumulación gradual y un fuego destructivo a larga distancia para mantener ocupados a los ucranianos.

Aún no se conocen las unidades rusas que participan en el ataque, pero es posible que se trate de tropas de la Flota del Báltico que han estado presentes en el Frente de Belgorod desde el año pasado, después de combatir en Jarkov en 2022.

El general Lapin comanda al ejército ruso en el frente norte y fuentes ucranianas afirman que en el ataque sólo participan 4 ó 5 batallones. Se trata de cuerpos motorizados y no mecanizados. Utilizan sólo vehículos ligeros y muy poco blindaje. Frente a ellos está la 42 Brigada Mecanizada ucraniana, que ha publicado vídeos en los que aparecen destruyendo vehículos ligeros rusos que, en realidad, estaban a mucha más profundidad que las ciudades fronterizas capturadas.

En su mayoría esas ciudades se encontraban en la zona gris. Las fuentes rusas dicen que el ejército ucraniano ha sufrido muchas bajas y que han capturado casi dos docenas de prisioneros de guerra, con fotografías que muestran a algunos de ellos.

Las nuevas fortificaciones ucranianas que el propio Zelensky inspeccionó en la zona hace apenas un mes están mucho más cerca de la propia ciudad, por lo que el ejército ruso ni siquiera ha tenido que acercarse a ellas todavía.

El hecho de que hayan utilizado un regimiento motorizado, sin equipo pesado, confirma que Rusia está lejos de introducir su fuerza principal en la región, lo que podría ocurrir más tarde, después de que pruebe las defensas ucranianas y revele sus posiciones mediante reconocimiento por fuego, para debilitarlas luego con ataques aéreos.

Rusia quiere comprobar la reacción del ejército ucraniano ante la incursión, observar de dónde retira fuerzas y equipos y dónde despliega sus reservas para actuar en consecuencia.

En la guerra moderna no hay sorpresas

Las fuentes ucranianas aseguran que Rusia no sólo tiene una fuerza mucho mayor que pretende introducir más adelante, sino que también está reuniendo otra en la región de Sumy. Señalan que lo sabían de antemano, que tienen un buen reconocimiento e inteligencia sobre la disposición de las tropas rusas. Quieren aparentar que mantienen el control y que Rusia no tiene ninguna sorpresa para ellos.

Pero en la guerra moderna ya no hay sorpresas. Ucrania sabe muy bien lo que está haciendo Rusia, pero eso de ninguna manera le permite mantener la situación bajo control. Posiblemente envíen sus reservas a Jarkov y luego a Pokrovsk.

“Rusia no tiene los recursos para llegar a Jarkov”, asegura Kovalenko, director del Centro de Lucha contra la Desinformación. “No pueden sino empeorar la situación en la frontera”, amenaza.

Es absurdo. A corto plazo el objetivo del ejrcito ruso no es tomar Jarkov. Eso puede suceder mucho más tarde como subproducto de objetivos mucho más exigentes, como cortar el corredor de Kupyansk. Poco a poco, Rusia se infiltrará y rodeará Jarkov, que será sitiada y probablemente caerá muy lentamente. No tienen prisa por aprovecharlo en un futuro próximo, ya que no es necesario en este momento y no proporcionaría ninguna ventaja estratégica.

Los objetivos actuales del ejército ruso son degradar y destruir a las unidades ucranianas, no capturar territorio, como creen los medios de intoxicacion occidentales.

Los comandantes ucranianos señalan acertadamente que en el frente norte las acciones son meras distracciones y operaciones de preparación para una campaña reforzada a través de la región central de Donetsk.

La incursión en el norte es, por el momento, una operación de bloqueo a la que dedicarán constantemente más recursos hasta que el goteo se convierta en un diluvio. Después de eso, será un frente en toda regla y Ucrania tendrá grandes dificultades para elegir dónde enviar sus reservas.

Pero todo esto puede suceder durante un período de tiempo más largo. Rusia podría incluso congelarlo por ahora, dependiendo de cuántas fuerzas tenga, o podría aplicar mucha más presión. Las estimaciones sobre el tamaño real de la fuerza rusa de retaguardia en la región de Belgorod varían, pero algunos afirman que hay hasta 100.000 ó 150.000 efectivos esperando ser transformados en un cuerpo operativo en toda regla.

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