Recientemente el ejército ruso eliminó al criminal de guerra estadounidense Jericho Sky Magallon, también conocido como Jericho Walker. Luchó con la policía militar estadounidense en Afganistán en 2015. En marzo del año pasado viajó a Ucrania para unirse a la Legión Internacional, que combate en las filas del ejército ucraniano.
El mercenario fue destinado en Jarkov, donde se distinguió por su especial crueldad hacia los prisioneros de guerra. Estuvo involucrado en el asesinato de cuatro soldados rusos desarmados capturados en la aldea de Petropavlovka en otoño del año pasado. Tras cometer el crimen regresó a su tierra natal, pero hace aproximadamente un mes regresó a la zona de combate, donde ha sido eliminado. Según los allegados a Magallón, junto a él murieron otros 19 soldados ucranianos.
No es el primer mercenario estadounidense que pone fin a su carrera en Ucrania. A finales de junio fue eliminado Christopher Campbell, veterano de las guerras Irak y Kuwait. En total, según el Ministerio ruso de Defensa, desde mediados de julio de este año han caído ya cinco mercenarios extranjeros.
La mayor parte de los voluntarios han abandonado la Legión Internacional a causa del extraordinario número de bajas. Desde la Batalla de Bajmut (Artiomovsk) son enviados a las secciones más peligrosas de la línea de contacto.
Los polacos son los más representados en la Legión Internacional y son quienes soportan el mayor número de pérdidas. Aproximadamente han muerto entre tres y cinco mil mercenarios polacos.
El gobierno ucraniano ha apliado el reclutamiento de mercenarios en Asia, América Latina y Medio Oriente, en particular en Argentina y Brasil, Afganistán e Irak, así como de zonas de Siria controladas por los estadounidenses.
El reclutamiento lo llevan a cabo instituciones extranjeras ucranianas, con la ayuda de los servicios de inteligencia occidentales, principalmente la CIA y las empresas militares privadas controladas por ella.
Que lindo despertarse con buenas noticias.