Los sobornos de la FIFA se desviaban hacia los paraísos fiscales y el más utilizado era el de Panamá. Le seguían los paraísos fiscales de Islas Caimán, Bahamas, Qatar, Trinidad y Tobago. Ninguno de estos bancos ha sido acusado por Estados Unidos por fraude y complicidad en la corrupción. No obstante, los bancos británicos y estadounidenses han abierto investigaciones internas para verificar las acusaciones de corrupción.
Hasta el momento Estados Unidos ha descifrado el caso de Costas Takkas, ciudadano británico que fue presidente de la Asociación de Fútbol de las Islas Caimán, y estrecho colaborador de Jeffrey Webb, presidente de la CONCACAF. En noviembre de 2012, según la acusación, Takkas recibió un millón de dólares en sobornos. El dinero fue pagado por una empresa de Estados Unidos, con sede en Miami, que organiza eventos deportivos. El dinero se transfirió a una empresa fantasma con cuenta bancaria de HSBC en Nueva York. De ahí fue desviado a otra cuenta de HSBC en Hong Kong, para luego llegar a una cuenta de Standard Chartered en Nueva York, y terminar en el Fidelity Bank de las Islas Caimán.
Costas Takkas era un estrecho colaborador de Blatter y fue uno de los 7 dirigentes de la FIFA detenidos en Zurich.