El 26 de septiembre de 1983 Petrov era teniente coronel de las fuerzas soviéticas de defensa antiaérea y estaba de servicio en Serpujov-15, un centro de mando secreto en las afueras de Moscú que vigilaba las señales de los satélites soviéticos de alerta temprana que orbitaban sobre Estados Unidos.
Aquella mañana las alarmas sonaron porque llegaron señales de que un misil balístico intercontinental Minuteman procedente de Estados Unidos había sido lanzado desde una base estadounidense. Unos segundos más tarde parecieron detectar que habían sido lanzados otros cuatro misiles más.
El plazo de tiempo estimado entre el lanzamiento de los misiles en Estados Unidos y su detonación en la URSS era de 25 minutos.
Petrov debía informar a sus superiores inmediatamente, pero les dijo que se trataba de un error. La red de radares terrestres soviéticos que debía rastrear a los misiles no detectó ningún ataque. Petrov había acertado.
La falsa alarma fue causada porque el satélite soviético confundió el reflejo del sol en las cimas de las nubes de gran altitud con el lanzamiento de un misil.
La decisión de los soviéticos fue extraordinariamente arriesgada. En Estados Unidos, Reagan había desatado la llamada “guerra de las galaxias” que aumentó considerablemente su arsenal nuclear. Los misiles de mediano alcance Pershing II estaban a punto de ser instalados en Europa occidental, acortando el tiempo entre el lanzamiento nuclear y su impacto en suelo soviético.
Desde mediados de febrero de 1981, Estados Unidos habían estado probando la vulnerabilidad de los radares y satélites soviéticos con una serie de penetraciones cercanas a la frontera. Las operaciones navales clandestinas accedieron sigilosamente a aguas cercanas a los mares de Barents, Noruega, Negro y Báltico, para probar hasta dónde se podían acercar los buques de la OTAN a las bases soviéticas. Los bombarderos estadounidenses volaron directamente hacia el espacio aéreo soviético, despegando sólo en el último momento, a veces varias veces por semana.
Las provocaciones continuas contra la URSS se podían interpretar como la preparación de un ataque furtivo. A principios de septiembre de 1983, un avión de combate soviético derribó un vuelo comercial de Korean Air después de cruzar el espacio aéreo soviético, creyendo que era un avión espía. Todos los que estaban a bordo murieron.
En esta atmósfera de Guerra Fría, la respuesta de Petrov a las advertencias de los ordenadores sobre el lanzamiento de misiles fue notablemente arriesgada.
Petrov había nacido en el Lejano Oriente soviético, cerca de Vladivostok. Su padre había sido piloto de la segunda guerra mundial. Su madre era enfermera. Después de estudiar en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Radiotécnica de la Fuerza Aérea Soviética de Kiev, se unió a las fuerzas de defensa antiaérea. Ganando un rápido ascenso, fue asignado al sistema de alerta temprana cuando comenzó a principios de la década de 1970. Murió el 19 de mayo de 2017 de una neumonía en Fryazino, un humilde barrio de Moscú. Tenía 77 años de edad.