El dinero negro procedente del crimen organizado ha sido el único capital líquido al que han podido acceder determinados bancos en los momentos más complicados de la crisis.
En la segunda mitad de 2008 el sistema financiero internacional tenía un serio problema de liquidez, por lo que se volcó para obtenerla de la única fuente que estaba a su alcance, el crimen y las drogas, a través del sistema interbancario.
Costa no quiso identificar los nombres de los bancos ni sus países respectivos, pero admitió que ahora el dinero negro es dinero limpio al que nadie puede reprochar su origen.
La progresiva inyección de liquidez evitó el desplome brusco de la cotización bursátil de los bancos. Entre enero de 2007 y setiembre de 2009 grandes bancos estadounidenses y europeos perdieron miles de millones de dólares con los activos tóxicos y los préstamos dudosos.
El FMI estimó que más de 200 prestamistas de todo el mundo quebraron o tuvieron que ser rescatados con dinero público, pero hubieran sido mucho más de no haber sido por las mafias, el crimen organizado y los narcotraficantes.