Las insignias de las instituciones que se dedican al espionaje son expresivas de lo que hacen y de lo que les gustaría hacer. La CIA, por ejemplo, pone una rosa de los vientos en su distintivo para indicar a un centro en el que convergen informaciones procedentes de lugares distintos.
Las insignias de los espías indican el país que les paga y, en ocasiones, el mundo entero, para indicar que les interesa cualquier clase de información, cualquiera que sea su procedencia geográfica.
Lo extraño es que los espías ostenten como símbolo distintivo el mapa de otro país, como ocurre con el que acaba de aprobar Ucrania para su servicio de inteligencia militar, GUR, en el que aparece la silueta de… Rusia.
El nuevo distintivo se ha aprobado tras la llegada al cargo del nuevo director, cuya preocupación principal ha sido la de cambiar las insignias de sus oficiales. Es una manera de demostrar que tiene intención de cambiar algo… excepto la arraigada paranoia contra Rusia.
Suele ocurrir hasta en los vecinos que comparten la misma escalera: como a alguno le entre la paranoia contigo, es mejor que te cambies de vivienda. Lo mismo le ocurre a Rusia con sus vecinos ucranianos. Parece un país que ha nacido para hacer lo que el búho en la insignia: clavar una espada sobre Rusia.
La preocupación de los espías ucranianos no es el mundo sino Rusia exclusivamente. El lema de arriba en ucraniano dice dos cosas: primero “Ucrania por encima de todo” y luego abajo pone en latín “Sapiens dominabitur astris” que significa: “el sabio se guía por los astros”, es decir, que los espías ucranianos se consideran a sí mismos como “sabios” pero no lo parecen tanto porque su fuente de información es la misma que la de los Reyes Magos: los astros.
El lector se preguntará: ¿por qué poner un búho en el distintivo? Pues por lo que dicen los libros de biología: los búhos se comen a los murciélagos, que están en el emblema del espionaje ruso.
Naturalmente, el distintivo de los espías ucranianos se ha convertido en objeto de polémica en las más altas esferas políticas del Kremlin. El viceprimer ministro Dimitri Rogozin ha calificado de “idiota” la elección de un búho como distintivo y ha dicho que el lema de los espías ucranianos no es nada original: es el mismo de los nazis: “Deutschland uber Alles” (Alemania por encima de todo).
Hablando astros, en el emblema se puede ver también una estrella de cuatro puntas que, como sabrá el lector es el distintivo de… la OTAN, por lo que llevan a cabo una combinación casi mejor que el gin tonic: la alianza militar actual con el viejo III Reich.
En descargo de los nazis ucranianos hay que decir que Rogozin no tiene razón, al menos en un punto: la consigna de “Alemania por encima de todo” está en la primera estrofa del himno nacional germano compuesto en 1841 por August Heinrich Hoffmann von Fallersleben.
Pero seguro que los espías ucranianos no sabían este último detalle.