El Banco Central Europeo tiene prisa para imponer el euro digital

Los bancos centrales se crearon hace cien años como un instrumento de los estados capitalistas en su fase más avanzada, imperialista. Pero finalmente, con el invento de su “independencia” ha ocurrido lo contrario: los estados capitalistas se han puesto al servicio de los bancos centrales.

Ahora eso ya no basta; llega otra etapa del capital financiero contemporáneo, las monedas digitales, que “no pueden esperar a un debate parlamentario interminable”, como ha expuesto Christine Lagarde recientemente. Hay que acabar con las polémicas políticas, estériles por naturaleza.

La jefa del Banco Central Europeo tiene prisa porque el caos es inminente. El tiempo se acaba. La rapidez es “esencial” para la implementación de su euro digital. “Este proyecto es urgente para el futuro de Europa, y confío en que las instituciones democráticas compartirán esta visión y actuarán con la celeridad necesaria, sin por ello saltarse los procedimientos”.

Por eso quieren eludir un debate sobre el asunto, en particular los relativos a las dos causas de la implementación del euro digital.

Es lo mismo que ya hemos explicado hace unos pocos días para la Ley Genius en Estados Unidos: necesitan ocultar que el objetivo del euro virtual es evitar que la deuda y la destrucción del dinero fiduciario, como en cualquier otro corralito, provoquen un estallido social.

El euro digital es un mecanismo imprescindible para gestionar el caos que se avecina a pasos agigantados. Es un mecanismo para mantener el control, en la medida de lo posible. Hay que prevenir el desplome de las bolsas, las insolvencias bancarias, congelar el dinero en efectivo y mantener el dominio sobre las reservas de valor. Ya no pueden hacer lo mismo que en 2008: dar otro salto adelante.

Está surgiendo los mecanismos de un sistema de vigilancia y control financiero total. Se acabó aquello de comprar lo que a uno le da la gana, donde le da la gana y cuando le da la gana. Ya es posible bloquear cualquier gasto de cualquier persona pulsando un botón.

El segundo motivo de la prisa tiene como objeto preservar la soberanía monetaria del Banco Central Europeo en unos mercados cada vez más internacionalizados y digitalizados. Perder la carrera del euro supone perder la posibilidad de tener una política monetaria propia frente a dos adversarios: China (con su yuan digital) y las criptomonedas privadas.


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