El número de estaciones que miden las temperaturas de la USHCN, la red de climatología histórica de Estados Unidos, ha cambiado con el tiempo. Algunas son nuevas y las antiguas desaparecen.
Desde finales de la década de los noventa el número de estaciones meteorológicas comenzó a caer en picado. De unas 1.200 entre 1930 y 1996 se redujeron a solo 830 a partir de 2020. Más del 40 por cien de las estaciones que formaban parte de la red USHCN ya no existen.
En una época de “ebullición climática”, cuando necesitaríamos más y mejores estaciones de medición, su número desciende.
Pero lo más sorprendente es que la NOAA, la central encargada de procesar las mediciones para emitir sus informes oficiales, sigue mostrando los datos de temperatura de las estaciones desmanteladas.
Un ejemplo es la estación de Belle Glade, en Florida (*). No existe desde 2005 pero, como en los demás casos, la NOAA ha sustituido los datos reales de temperatura por sus propias “estimaciones”, o sea, que el 40 por cien de los datos son inventados.
La NOAA admite abiertamente la manipulación, pero recurre a un eufemismo para suavizar el truco: es necesario hacerlo así para “mejorar la calidad de los datos”.
Al comparar los datos reales de temperatura desde hace más de un siglo, con los datos “mejorados” por las instituciones seudocientíficas, lo que aparece es que en la primera serie (azul) el mundo se va enfriando, mientras que en la segunda (rojo) el mundo se calienta, como se ve en el cuadro adjunto.
La paradoja es consecuencia de ese empeño por “mejorar” la realidad.
(*) https://twitter.com/_ClimateCraze/status/1713596440411271333
Debe estar conectado para enviar un comentario.