El 3% del PIB oculto de gasto militar al que se ha comprometido el PSOE y Sumar con la OTAN

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, defendía con firmeza en la reciente reunión mantenida con el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, el compromiso decidido y sólido de que el presupuesto militar de España alcance el 2% del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2029.

Este compromiso se enmarca dentro de las exigencias militares establecidas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que pone de manifiesto que España ha incrementado su presupuesto militar en un notable 70% durante la última década. Es importante destacar que este aumento no es solo una cuestión de números, sino que refleja una política de defensa más amplia y un cambio en la postura del país en el ámbito internacional.

Desde la primera investidura de Pedro Sánchez en 2017, el gasto militar español ha experimentado un aumento significativo, pasando de 7.639 millones de euros en ese año a los 16.158 millones de euros previstos para 2024. Sin embargo, el compromiso militarista del gobierno va más allá de las cifras oficiales presentadas por el Ministerio de Defensa.

Según un informe elaborado por el Grupo Antimilitarista Tortuga, el gasto militar oculto, que incluye diversas partidas no reflejadas en el presupuesto oficial, se prevé que aumente de 30.000 millones de euros en 2017 a más de 60.000 millones de euros en 2024. Esta cifra, por sí misma, representaría un porcentaje superior al 5% del PIB español, lo que plantea serias interrogantes sobre la transparencia y la gestión de los recursos públicos.

La diferencia notable entre el presupuesto asignado al Ministerio de Defensa y el gasto militar real se debe a varios factores que merecen ser analizados. En primer lugar, es crucial considerar que sobre el presupuesto inicial del Ministerio de Defensa se ha producido un aumento sustancial del gasto, que, según la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), habría crecido un 30%, pasando de los 16.158 millones de euros a unos 20.935 millones de euros. Este incremento se debe a una subida base de 2.700 millones de euros, además de otros 1.178 millones de euros destinados a transferencias para infraestructuras militares y 892 millones de euros para inversiones militares de carácter inmaterial.

En segundo lugar, sobre esos 20.000 millones de euros se añadiría un gasto extraordinario, que ha sido autorizado por el Consejo de Ministros, que supera los 17.515 millones de euros adicionales que se aplicarán en los próximos años. Esta partida presupuestaria incluye 6.100 millones de euros en nuevas ayudas para la Guerra de Ucrania, 1.100 millones de euros para financiar operaciones de injerencia militar española, así como otros 157 millones de euros para gastos menores. Sin embargo, es importante señalar que la gran mayoría de este gasto no se refleja en el presupuesto del Ministerio de Defensa, ya que las partidas se distribuyen entre otros ministerios como Interior, Exteriores, Hacienda, Transición Ecológica, Ciencia, Trabajo e Industria.

En tercer lugar, el gobierno español ha emitido una ampliación de crédito por deuda pública estatal que asciende a 20.729 millones de euros. Si se suman otros gastos, como el control social estatal y el control social de las Comunidades Autónomas, la cifra total sobrepasa los 60.000 millones de euros. Para poner esta cifra en perspectiva, el presupuesto combinado de los Ministerios de Sanidad y Educación y Formación Profesional apenas superaba los 9.000 millones de euros en 2023. Por otro lado, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que es responsable de gestionar gastos sociales significativos como las pensiones, contaba con algo menos de 36.000 millones de euros previstos para el mismo año.

Esto implica que, en términos reales, el gobierno de coalición se adhiere completamente a la tendencia armamentística que caracteriza a los estados miembros de la OTAN. A pesar de que incluso dentro del Gobierno PSOE-Sumar se justifique el aumento del presupuesto militar argumentando que “estamos en unos costes de defensa que son bajos”, como afirmó la Ministra de Sanidad, Mónica García, esta afirmación es completamente falsa. El gobierno del PSOE-Sumar, con este aumento presupuestario, refuerza la fidelidad del Estado español a ser parte del rearme atlantista y de la política exterior de Estados Unidos.

Los fabricantes de armamento y el resto de contratistas de Defensa ven cumplidas unas expectativas que ni durante los mandatos de Mariano Rajoy ni del mismo José María Aznar se hubieran podido imaginar.

Fuente: Diario Red

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